Veto a los pesqueros rusos del Puerto arriesga un negocio de 90 millones
Una cadena de empresas canarias se queda al descubierto ante la imposibilidad de que los buques operen por las sanciones europas a la invasión de Ucrania. Cada barco emplea entre 50 y 70 tripulantes
El veto a los pesqueros rusos del Puerto de Las Palmas, por la invasión de Ucrania, pone en riesgo un negocio de 90 millones de euros al perjudicar a las empresas que dan servicios a más de 3.000 marineros cada año.
Proveedores, transportistas y consignatarias han iniciado una ronda de contactos para evaluar el impacto económico derivado del cerco de sanciones que la Unión Europea ha impuesto a Rusia tras la invasión de Ucrania.
La Autoridad Portuaria ha transmitido a los operadores la máxima colaboración institucional para salvaguardar la actividad y minimizar el riesgo de impagos en el caso de que las autoridades europeas y los Estados miembros de la UE, aceleran el procedimiento de bloqueo de cuentas o de entrada en vigor del Swift (interbancario) para las sociedades y bancos rusos.
Tal y como informó este periódico, el Puerto prepara cómo repeler el atraque de 44 pesqueros que faenan en los caladeros mauritanos.
La base de la flota rusa se ubica en Las Palmas, y desde hace más de 60 año, la cooperación comercial con los armadores rusos “era plenamente estable“, según fuentes empresariales.
El costo del negocio con los pesqueros asciende en número redondos a unos 90 millones anuales, con una media que oscila entre 1,2 millones y 2 millones de euros en concepto de reparaciones, repuestos, comida, combustible, aparejos, transportes (cambios de flota), estibadores, agencias de viaje y alojamiento (hoteles).
Cada barco transporta entre 50 y 70 marineros. Los barcos podrían navegar con banderas de conveniencia pero la acreditación de los gestores (armadores) figura en Rusia y la documentación previa de cada embarcación está en manos de la Administración de cara a contrastar los cargos y las sanciones.
Los empresarios consultados destacan “la colaboración del presidente del Puerto desde el primero momento, y su disposición a participar en la búsqueda de soluciones satisfactorias“, pero “somos conscientes de que vamos a pagar una factura muy elevada. La pérdida de la flota rusa, aunque sea temporal, es un hito en la historia de nuestro puerto que lamentamos profundamente”.