Trump pone contra las cuerdas a Turquía y reabre el temor a otra crisis
EEUU autoriza una subida de los aranceles aplicados a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Ankara, que alcanzarán el 50% y el 20%, duplicando así su importe actual. La lira turca se desploma
Trump pone contra las cuerdas a Turquía y reabre el temor a otra crisis.
Trump autoriza una subida de los aranceles aplicados a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Turquía, que alcanzarán el 50% y el 20%, duplicando así su importe actual, como respuesta al desplome de la moneda turca.
“Acabo de autorizar doblar los aranceles al acero y el aluminio con respecto a Turquía, ya que su moneda, la lira, cae con rapidez en relación a nuestro muy fuerte dólar“, ha anunciado Trump en su cuenta oficial de Twitter, donde ha precisado que las nuevas tarifas aplicadas a las importaciones desde Turquía serán “del 20% para el aluminio y del 50% para el acero”. “Nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento“, ha reconocido el presidente estadounidense.
Una delegación turca enviada el pasado martes a Washington regresó a la capital otomana con las manos vacías tras el encuentro de alto nivel mantenido con las autoridades estadounidenses con el objetivo de rebajar la tensión que ha caracterizado las relaciones bilaterales durante los últimos años y que ha culminado con la imposición de sanciones por parte de Washington a Ankara.
Las relaciones entre ambos países se han enturbiado a raíz del caso de Fethullah Gülen, un clérigo turco exiliado en EEUU desde los años 90 al que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan acusa del fallido golpe de Estado de 2016. Turquía reclama su extradición, algo a lo que Washington aún no ha respondido.
La decisión de Trump provocó fuertes caídas en la lira turca y en las bolsas europeas.
El mazazo sobre la economía turca llega en un momento de crecientes tensiones, que pueden derivar incluso en una guerra comercial, por la imposición de distintas medidas arancelarias entre los principales bloques comerciales, especialmente entre EEUU y China.
Tanto Pekín como la Reserva Federal estadounidense empiezan a ver señales de ralentización entre los intercambios comerciales de ambos países, y este efecto se podría amplificar enormemente si se introdujeran todas las medidas ya anunciadas por ambos países. A esto se unen los efectos de un posible Brexit sin acuerdo comercial y la reimposición del embargo sobre Irán.
Por último, hay que tener en cuenta que la OMC ya alertaba hace unas semanas de que la imposición de medidas proteccionistas entre los países miembros se había acelerado desde el año anterior.
Las transacciones globales apuntan a una mayor desaceleración en el tercer trimestre, según los indicadores de la Organización Mundial del Comercio.