Tenerife colapsado con un único juzgado de lo Mercantil
Decenas de empresas abocan su suerte a las resoluciones de la juez titular Sonia Martínez-Uceda. El Gobierno reforzó este verano la plantilla para dar salida al elevado número de sumarios, cifrados en cientos. Las Palmas dispone de mejores recursos que la capital santacrucera
Tenerife, la segunda ciudad más poblada de Canarias, sufre un colapso en los procedimientos mercantiles que dirime el único juzgado de la capital santacrucera.
Los 5 funcionarios asignados al juzgado número 1 de lo Mercantil no dan abasto a la “avalancha” de sumarios que se acumulan, al menos, desde hace 2 años.
Aunque la mejora de la economía regional ha ralentizado los efectos de la crisis financiera desatada en 2007, Tenerife muestra un “contrapunto estructural” respecto a Las Palmas.
En la capital grancanaria operan 2 juzgados de lo Mercantil que han gestionado con más recursos y diligencia los casos provenientes de los concursos voluntarios o necesarios que se han ido amontonando en los últimos ejercicios.
En Santa Cruz de Tenerife, sin embargo, la tendencia es la contraria y diversos despachos de abogados ha planteado su protesta ante la Administración autonómica y el Tribunal Superior.
Este verano, la Consejería de Justicia que rige José Miguel Barragán acordó reforzar el juzgado de lo Mercantil de Tenerife.
Fuentes oficiales admiten a Espiral21 que “hay retrasos“, pero matizan que no es algo reciente sino que se arrastra “desde hace tiempo“.
El Juzgado de lo Mercantil está titulado por Sonia Martínez-Uceda, cuyo hermano, Carlos Martínez-Uceda, es el juez de lo Mercantil 2 en Las Palmas.
Para los letrados de la isla tinerfeña, la situación en lo Mercantil es insostenible. “Son centenares los procedimientos que esperan por las actuaciones de su señoría. Hemos preguntado en ocasiones cuántos casos hay pero nos dan la callada por respuesta”.
Los abogados creen que “hay decisiones que no admiten más demora“, porque detrás de la resolución de un Juzgado de lo Mercantil “nos encontramos con la supervivencia de empresas y trabajadores. Una sociedad acreedora o un proveedor no puede esperar uno o dos años para saber si un día cobrará, aún admitiendo quitas. Tampoco la empresa que ha optado por el concurso merece esta agonía“.
“El Gobierno canario se jacta de proteger el empleo y de dar brillo a la productividad económica, pero el día a día nos dice lo contrario, que la sensibilidad o desconocimiento de la realidad empresarial dista mucho del discurso oficial“.
El volumen de trabajo en los juzgados de lo Mercantil se ha multiplico en la última década.
El aumento a la omnipresente crisis provocó que empresas en situaciones extremas se declarasen insolventes, sobre todo, en la construcción, aunque este hecho no significara su desahucio.
Los concursos de acreedores han estado a la orden del día, máxime cuando la ley daba un margen desde que la empresa deja de tener liquidez hasta que presenta una solicitud concursal en el juzgado.
Si transcurre un tiempo de carencia (a determinar por el juzgado) y la sociedad no hace frente a todas sus deudas, el juez puede intervenir los bienes patrimoniales del administrador.
En estos momentos, la densidad de trabajo en estos juzgados ha disminuido, pero en territorios como Tenerife se ha incurrido en una «eclosión» de grandes masas de papel que invaden las oficinas judiciales, según fuentes jurídicas, que subrayan que “está en fase resolución“.
“Podría parecer un caos, pero es un caos sostenido», según la Consejería. Inmobiliarias,y pequeñas sociedades relacionadas con el sector de la construcción (sobre todo, las auxiliares) son los perfiles más comunes que han pasado cada día por el juzgado de Tenerife.
En varias ocasiones, los jueces de lo Mercantil han denunciado la carga de trabajo “inhumana” además de una situación que definen sin medias tintas como de “colapso“, por la escasez de recursos ante el volumen de actividad.