Sin nombre, por Luc André
Podría ser el título de un libro o de una película, pero no, se trata de las personas inmigrantes que se mueren en las fosas comunes del Atlántico, del Mediterráneo, en las costas africanas y europeas
Sin nombre podría ser el título de un libro o de una película, pero no, se trata de las personas inmigrantes que se mueren en las fosas comunes del Atlántico, del Mediterráneo, en las costas africanas y europeas.
Seres humanos que no llegan a cumplir el sueño de su proyecto de vida, hombres, mujeres, jóvenes y niñ@s que optaron por emigrar en busca de una vida mejor.
Llevamos más de tres décadas viendo llegar a los valientes que decidieron y quisieron echarse a la espalda el presente y futuro de sus familiares para que estos últimos viviesen de forma digna en África.
Hoy, muchos de ell@s yacen en tumbas, en el frío silencio y en la absoluta soledad con un inmerecido destino, que les reservó la vida. Terminan en el anonimato y siguen siendo enterrad@s en el desierto y en los cementerios europeos; sin nombres, solo con un número.
Las catástrofes naturales debido a los acentuados efectos irreversibles del cambio climático; la falta de lluvias, sequías, desierto, hambrunas, etcétera.
Las devastadoras guerras internacionales e internas, la voraz explotación de recursos minerales, energética y de las materias primas, la compra y sobre explotación de los campos de cultivo en algunos países mal llamados subdesarrollados y, en casi todos, la aplicación de medidas de ajustes estructurales impuestos por los organismos económicos internacionales que conllevan a la devaluación monetaria de unas economías ya débiles, encauzan el encarecimiento de la vida; generan un recrudecimiento y el debilitamiento de los sectores claves para poder lograr su desarrollo económico. La falta de alternativas, acompañada de carencias en educación, sanidad, el cierre de empresas y una agricultura con medios rudimentarios, constituyen todo un componente de agravios, no buscados ni creados por la ciudadanía de los países mal llamadas subdesarrollados, y conforman parte de las razones que empujan a lo más preciado de África, sus jóvenes, a las migraciones forzosas. Las personas migrantes que huyen de una muerte segura por razones políticas, matrimonio precoz, persecución; por los conflictos religiosos o étnicos; las refugiad@s y solicitantes de protección internacionales necesitan la aplicación de las Leyes, los Convenios y Tratados internacionales, actualizados que les protejan.
No podemos como sociedad, ni mirar por otro lado, ni darles la espalda y menos en el continente europeo en el que se supone que los valores y derechos fundamentales constituyen la base de los Derechos Humanos.
Con la actual globalización, no queda otra que definir a nivel mundial unas políticas migratorias con respeto a los valores y Derechos Humanos, con la implicación de las Naciones Unidas, los organismos internacionales de Derechos Humanos, la Unión africana, latinoamericano y la Unión Europea.
La evidencia de la realidad geográfica del viejo continente, su declive demográfico y la necesidad de mano de obra para mantener su bienestar social, requieren de la implicación y complicidad en mano de obra de África, Latinoamerica, y Asía; por lo que es urgente y necesario consensuar y definir una políticas migratoria regular, ordenada y que eviten y palien las muertes y pérdidas de vidas humanas.
Luc André es congresista del PSOE por Las Palmas.