Senegal impone el terror político a los rivales del presidente Sall
La crisis económica y sanitaria descalabra a uno de los socios comerciales de Canarias en África Occidental. El presidente Macky Sall abre un proceso penal contra su opositor, Ousmane Sonko, por proponer el fin de las potencias extranjeras y la creación de una moneda propia
Senegal, uno de los socios comerciales de Canarias en África Occidental, impone el terror político a los rivales del presidente, Macky Sall, según el testimonio de la diáspora senegalesa consultado por este periódico.
El último episodio se saldó, a finales de febrero de 2021, con la anulación de la inmunidad parlamentaria de Ousmane Sonko, el diputado de 46 años opositor a Sall, partidario de devolver el control de la economía a la sociedad senegalesa. El 80% de las riquezas y grandes empresas del país está en manos de multinacionales extranjeras, la mayoría europea.
En Canarias viven unos 12.000 senegaleses pero más de la mitad no ha regularizado su residencia. Durante la pandemia, Binter suspendió los 2 vuelos semanales con la capital, Dakar, a lo que se unió la supresión de la ruta directa de Iberia desde Gran Canaria.
El retorno desde las Islas se trasladó a Casablanca con la compañía Royal Air Maroc y desde allí, tras una escala de 4 a 6 horas, en otro vuelo hasta Dakar. “La conexión se ha enfriado y tardamos más tiempo en volver a nuestro país, a ver a los familiares, seguir con el comercio o disponer de la documentación que nos pide España“, lamenta un senegalés con más de 20 años de idas y venidas a Canarias.
Pide guardar el anonimato porque “cualquier expresión es mal entendida en mi país, prefiero no hablar de política porque te arriesgas a represalias“.
Las principales oenegés han convocado una concentración para el viernes 5 de marzo, en la plaza del Obelisco de Dakar, a favor de las libertades civiles. “Se han guardado mucho de no criticar al presidente ni al partido Alianza por la República. De lo contrario, no la permitirían, pero la simple convocatoria nos dice que cada vez hay más descontento“.
Senegal ha prolongado el Estado de Alarma hasta final de mayo, con un toque de queda que va de las 10 de la noche a las 6 de la madrugada. “La pandemia le permite disolver cualquier reunión. Se está aprovechando de las dificultades de movilización“.
El presidente Macky Sall revalidó su poder en 2019 tras una polémica campaña al impedir que sus 2 rivales, Khalifa Sall y Karin Wade, se presentaran a las elecciones; al primero, ex alcalde de Dakar, lo encarceló por malversación de fondos, y al segundo no se le formalizó la candidatura. El único opositor fue Ousmane Sonko, del Partido Los Patriotas, que se hizo con el 15% de los votos en un recuento más que dudoso.
La crisis sanitaria por el Covid ha elevado el descontento social. El paro ha crecido por encima del 50% y la economía sumergida, principal sustento de los 15 millones de habitantes, está bajo mínimos. Sonko ha ganado enteros en medio de la depresión financiera, a base de un discurso consistente en nacionalizar gran parte de la actividad, como el control del puerto de Dakar (en manos de Dubai Ports), los yacimientos de petróleo, gas, oro y zircón y los caladeros de pesca que controla la CNFC china.
Sonko ha ido más allá al cuestionar en público la legitimidad de Costa de Marfil en el control de la moneda del área de países francófonos y anglófonos, el franco CFA. El joven panafricanista quiere una moneda propia (el Eco) y propone plantear una institución homóloga a la Reserva Federal, que vele por los intereses de los países africanos y no por las potencias extranjeras. “Ha cruzado unas líneas muy delicadas que inquietan al Elíseo, el gran valedor en la zona“, comenta a Espiral21 un graduado en Ciencias Políticas nacido en Dakar con domicilio en Las Palmas.
La contra del sistema presidencial no se ha hecho esperar. Macky Sall es el principal aliado de Francia para ejercer un control frente a un grupo de países que es presa de intereses cruzados entre Europa, China, Rusia y Estados Unidos.
Senegal es, junto a Camerún, una de las democracias más estables de África. El movimiento panafricanista de Sonko es “un dolor de muelas. El sistema ha optado por difamarlo para restarle adhesiones ciudadanas y reconocimiento en la comunidad internacional“.
Sonko fue acusado de una presunta violación en una sala de masajes y el viernes 26 de febrero de 2021, la Asamblea Nacional le suprimió la inmunidad parlamentaria (con 98 votos a favor y 1 en contra) para que sea procesado por un juzgado de instrucción. Sonko niega la imputación, pero corre el riesgo de acabar entre rejas, igual que el ex regidor de Dakar.
Ante la concentración del viernes 5 de marzo, encabezada por la ong Y’en a Marre, los convocantes temen una persecución sin precedentes. “Les van a intervenir las comunicaciones. La policía cuenta con el apoyo de la Dgse de los servicios secretos franceses. Nada es fácil en un país que se ha vendido a grandes potencias como Francia o China, que es lo que denuncia Sonko“.
“Y si no, los amenazarán con la salud y el riesgo a que no lleguen vacunas si incomodamos la presencia china, que para eso regaló 200.000 vacunas este mismo mes de febrero. Tenemos que luchar denunciar estos hechos desde el exterior para que Sonko llegue a las elecciones de 2024“.