Salafistas en el atentado de Algeciras
La Audiencia Nacional vincula al marroquí Yassine Kanjaa con el ala radical del Islam, partidario de regresar a los orígenes medievales mediante la guerra santa o Yihad
La Audiencia Nacional, a través el juez que dirige la investigación del atentado de Algeciras, Joaquín Gadea, considera que Yassine Kanjaa, presunto autor del asesinato del sacristán Diego Valencia y de herir a otras cuatro personas, actuó guiado por una “voluntad terrorista” en un acto que vincula con el salafismo yihadista.
El salafismo y el wahabismo representan el ala radical del Islam, partidarias de regresar a los orígenes medievales de la fe mediante la violencia o guerra santa (Yihad). En la actualidad, España se encuentra desde hace años en nivel 4 reforzado de seguridad por riesgo de atentados terroristas islámicos.
Los hechos ocurridos en Algeciras demuestran en buena medida ese estado violento, porque estando la víctima en el suelo, l presunto terrorista Kanjaa “sujetó la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra “alá” le asesta una última estocada mortal” en unos actos que tenían la “intención de alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror“.
El magistrado señala que los hechos comenzaron sobre las 18.30 horas en la iglesia de San Isidro, cuando el presunto terrorista entró al templo con “desconocidas intenciones” pero diciendo que “la única religión que hay que seguir es el islam”, iniciándose así una discusión con los presentes, informó TVE.
El presunto terrorista abandonó la iglesia profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconocen y regresó a las 19:40 horas. Una vez finalizada la misa, el sacerdote encargado de la misma, Antonio Rodríguez, bajó del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, “instante en el que el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita” lo agredió “causándole lesiones de gran gravedad” para huir posteriormente y dirigirse a la parroquia de La Palma, a unos 200 metros de distancia.
Es allí donde el atacante hiere al sacristán fallecido, que intenta huir, pero es alcanzado en la plaza Alta de la localidad gaditana.
Consumado el asesinato, Kanjaa se dirigió “de forma muy tranquila” a la conocida como Ermita Europa, ubicada en esa misma plaza e intentó entrar en la misma. Pero en ese instante “y sin prestar resistencia” fue detenido por la Policía Local de la Ciudad de Algeciras.
El magistrado considera que estos hechos son susceptibles de ser calificados, provisionalmente, de delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas “al poder estar relacionada la acción de Yassine Kanjaa al salafismo yihadista, siendo la intención de alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror, la que habría podido motivar la actuación criminal”.