Sahel africano arde por Al Qaeda y el crimen organizado
Más de 100 muertos en Burkina Faso en un ataque yihadista a una aldea fronteriza con Níger, el principal productor de uranio de África
Sahel africano que mira a las costas atlánticas arde por los 4 costados por los atentados de la Yihad islámica y el crimen organizado. Ahora la nueva tragedia se ceba con Burkina Faso.
Un grupo de atacantes armados aún sin identificar, que el Gobierno de Burkina Faso acusa de terroristas, atacó durante la noche del viernes la aldea de Solhan en la norteña provincia de Yagha, en la frontera con Níger. El ataque se saldó con alrededor de 100 fallecidos, según las cifras aportadas por el Gobierno, lo que lo convierte en el peor ataque en años en el país.
Níger y la frontera con Burkina registra los mayores yacimientos de uranio del planeta, un mineral que despierta el interés de las multinacionales energéticas y, en particular, de los productores del negocio nuclear.
En el norte de Burkina Faso se producen sacudidas diarias por los ataques de corte terrorista. El presidente Roch Marc Christian Kabore calificó el ataque de “bárbaro“.
Según las noticias difundidas por los medio slocales, en la noche del viernes un grupo de hombres armados irrumpió en la aldea de Solhan en la norteña provincia de Yagha, en la frontera con Níger. Además de los fallecidos, los atacantes dejaron a su paso casas quemadas y el mercado calcinado, según informó el Gobierno, que ha declarado 72 horas de duelo nacional.
Por el momento ningún grupo ha reivindicado un ataque, que, según las cifras aportadas por el Gobierno, es el más mortífero de los últimos cinco años, desde que el país de África Occidental fuera invadido por yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al Estado Islámico, afirmó a la agencia AP Heni Nsaibia, investigador principal del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
Alrededor de dos millones de personas han tenido que huir de sus hogares debido a la violencia en Burkina Faso, Malí y Níger, afirma la Coalición Popular para el Sahel.
El año 2015 marcó un punto de inflexión en el país. Aquel año, grupos terroristas yihadistas aliados de Al-Qaeda y el Estado Islámico comenzaron a atacar la región del Sahel, en la que se encuentra Burkina Faso. Como consecuencia, el país cuenta con en torno a 1,14 millones de desplazados sobre una población de 20 millones de personas.
Además, se calcula que hay 20.000 refugiados de la vecina Mali, que huyen también de la violencia yihadista en su país. Durante el mes de marzo, en Burkina Faso murieron 137 personas al sur del país en redas similares a la del viernes. En abril, más de 50 personas murieron en una semana, incluidos dos periodistas españoles y un conservacionista irlandés.
El pasado febrero el ejecutivo francés anunció el envío de 600 soldados más al Sahel para ayudar en la lucha yihadista, sumando así un total de 5.100 soldados. En aquel momento, el presidente Emmanuel Macron hizo un llamado a otros países europeos a que sumaran fuerzas, si bien no hubo respuesta positiva.
Pese a este despliegue, los ataques han seguido aumentando sin que, por el momento, los ejércitos locales ni Francia hayan podido impedirlo. El ejército de Burkina Faso no cuenta con un equipamiento adecuado e incluso pidió el año pasado combatientes voluntarios para enfrentar la amenaza yihadista.
En Mali, otro de los países más afectados por el terrorismo, la inestabilidad política, consumada con el golpe de Estado militar, tampoco ayuda a encontrar una solución. Esta misma semana Francia decidió suspender operaciones conjuntas con el ejército maliense en respuesta al golpe de Estado.
Por otro lado, en el noroeste de Nigeria, al menos 88 personas murieron en un ataque armado en el área de de Wasagu/Danko, en el estado de Kebbi, según han confirmado este sábado fuentes policiales.
«Hasta ahora hemos recuperado 88 cadáveres de personas asesinadas el pasado jueves, 3 de junio, durante un ataque contra ocho comunidades», según el Gobierno.