Ruanda y los matrimonios forzados en ‘The Bride’
Myriam U. Birara rompe tópicos con su película en el Festival de Cine de Las Palmas frente al drama de miles de mujeres en el país africano
Lejos del carácter romántico que evoca su título, The Bride (Ruanda, 2023) es la historia de un drama colectivo del que fueron víctimas muchísimas mujeres en Ruanda: el matrimonio forzado. Una práctica de índole cultural ilegal en la actualidad que se ha convertido en un tema tabú cuyas barreras buscaba romper Myriam U. Birara. La directora ha querido rescatar del olvido una práctica no tan lejana en su primer largometraje que compite en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
La película se ha estrenado en España en la cita cinematográfica capitalina tras ser reconocida con una mención especial en la pasada Berlinale. En ella se cuenta la historia de Eva, una joven que sueña con ser pediatra hasta que es secuestrada y violada por un extraño llamado Silas. Esto arrastrará a la joven a un matrimonio que no desea en el que la amistad con la prima de su marido será su único apoyo y vía de contacto con el pasado histórico de su país.
Birara sitúa a The Bride en la Ruanda rural de 1997, una época extremadamente traumática tras el reciente genocidio que tuvo lugar tres años antes contra la sociedad tutsi. Este acontecimiento histórico está presente en la ópera prima de la cineasta que pone sus miras en las consecuencias que, especialmente, tuvo para las mujeres. Y es que en aquellos años el guterura, nombre con el que se conoce el secuestro de novias, se convirtió en una práctica generalizada y dolorosa para muchas chicas.
«Yo sentía que tenía que contar estas historias porque parece que se han olvidado, pero la realidad es que todavía hay muchas mujeres que fueron víctimas del matrimonio forzado y esto se ha convertido en un tema tabú incluso en sus propias familias, ya que muchas tienen hijos y no pueden contarles cómo se formó su familia. Por eso quería sacar a la luz las historias de estas mujeres y superar las barreras del tabú», ha explicado la directora en una rueda de prensa.
La cineasta ha compartido con los periodistas algunas pinceladas del proceso creativo de su último trabajo el cual, ha revelado, surgió mientras estaba escribiendo el guion para otra obra. «Lo cierto es que fue una idea muy fácil y rápida de escribir porque es una historia de mujeres y me identificaba también con ella», aseguró. Myriam U. Birara dedica, precisamente, un papel especial en la trama a la amistad que nace entre la protagonista y la prima de su marido. Una relación que quería que se viese «natural» en la gran pantalla donde pretendía reflejar el contraste en la madurez de ambos personajes.
También quería dejar constancia del cambio tan abrupto de la infancia a la edad adulta, aun siendo niñas, al que se vieron abocadas las víctimas de los matrimonios forzados. Para ello, buscó un reparto que se identificara físicamente con la juventud de los protagonistas de su historia. El casting, ha confesado, “no fue fácil”. A pesar de ello, encontró en Sandra Umulisa y Aline Amike las actrices adecuadas. La primera, hermana pequeña de la propia directora, se ofreció a meterse en la piel de Eva. A la segunda, la contactó tras hacer una búsqueda intensiva en redes sociales.
El resultado del trabajo de todo el equipo es una película completamente independiente que logró rodarse gracias a sus ahorros y a la ayuda familiar, ya que no contó con ayudas estatales. Nada que impidiese que el film recalase en febrero en el Festival Internacional de Cine de Berlín y que ahora también sea una realidad en la agenda de proyecciones de la cita cinematográfica de Las Palmas de Gran Canaria. Según ha desvelado la realizadora, será a finales de junio cuando se pueda ver en las salas de cine ruandesas donde Birara está «deseando comprobar» la reacción del público. También la de algunos dirigentes políticos que la consideran «contraria a las tradiciones del país».