Román Rodríguez como el Capitán Blood
El doctor Peter Blood era un hombre entregado a sus pacientes, que trataba de vivir al margen de los problemas políticos. Pero un día comprobó que la experiencia lleva al conocimiento y que la sabiduría de ser bien parecido antes de las elecciones, pasaba por abandonar el barco cuanto antes.
Blood acabó como capitán (pirata) en la película de 1935 que interpretó Errol Flynn recreando los duros enfrentamientos entre la corona y el parlamento británico, amén de un sinfín de traiciones y deslealtades propias del siglo XVII.
En la actualidad, el guión es más simple cuando se acerca la hora electoral (2023) con un PSOE diezmado por la crisis económica y la monumental derrota que, a priori, le espera en Andalucía el 19 de junio.
En los pasillos y mentideros de la Consejería de Hacienda huele a cambio. Se percibe un estado gaseoso como el grisú, que no se ve pero se siente.
La hipótesis más plausible apunta a que Román Rodríguez, como el capitán Blood, se hace a la mar para recuperar la confianza del electorado, tendente a confundirlo como muleta socialista. No sería antes de la presentación del borrador de presupuestos.
Cumpliría así la norma no escrita que dejaron Adán Martín y José Manuel Soria. El primero destituyó a Luis Soria, Australia Navarro y Águeda Montelongo antes de que se rajaran por la puerta trasera. El segundo se apeó a 9 meses de las autonómicas siendo vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda en el primer mandato de Paulino Rivero. Nada nuevo bajo el sol.