¿Qué hará Meloni con el coste de la luz en las Islas?
La líder ultraconservadora es la triunfadora de las elecciones del Estado italiano, principal accionista con un 24% de Endesa, la mayor energética de las Islas
¿Qué hará Giorgia Meloni con el coste de la luz en Canarias cuando gane en Italia?
La líder ultraconservadora es la triunfadora en las elecciones del Estado italiano, principal accionista con un 24% de Endesa, la mayor empresa de energía de las Islas.
En 2009, José Luis Rodríguez Zapatero culminó la venta de Endesa a Enel por 8.000 millones de euros a cambio de participaciones de Telecom Italia a favor de Telefónica. España cumplió con el trato entregando la joya de la corona de las empresas públicas al Estado italiano. El Gobierno de Roma, en cambio, se inhibió de la operadora y mantuvo la italianidad de sus telecomunicaciones.
En realidad, Zapatero se limitó a concluir el expediente iniciado años antes por José María Aznar en una rocambolesca operación de la mano de su entonces amigo Juan Villalonga. El acuerdo de la eléctrica sirvió para comprobar que Italia defiende a uñas y dientes su patrimonio, y que con la llegada de Meloni al poder, la nacionalización de sus intereses se multiplicará de forma exponencial.
La estrategia de propaganda de Endesa en España evita, en gran medida, aludir a su condición de compañía italiana. Casi el 24% del grupo pertenece al Ministerio de Economía y Finanzas, lo que convierte al Estado en el principal accionista. “Es obvio que las decisiones políticas, tanto en inversión como en estrategia, se toman en Roma, no en Madrid ni en Las Palmas“, expone un consultor energético consultado por este periódico.
“La victoria de Meloni es un desafío para Europa, sobre todo, porque su plan de reactivación económica depende de Bruselas, tanto para la concesión de ayudas (hasta 200.000 millones) como para la compra de bonos en su titánica lucha contra la deuda soberana (3 billones de euros)“, advierten fuentes de la Consejería de Economía del Gobierno canario (PSOE), muy pendiente de los movimientos que dé el nuevo Gobierno transalpino en sus grandes compañías, como es el caso de Enel.
Enel, matriz de Endesa, vendió en junio de 2022 su participación (más del 50%) en las empresas energéticas de Rusia. Mario Draghi, primer ministro saliente, se ha opuesto con dureza a Moscú tras la invasión de Ucrania. Ahora bien, Meloni, con sus socios Mateo Salvini (La Liga) y Silvio Berlusconi (Forza), tenderán puentes con Vladimir Putin. “El tablero europeo se va a mover si la coalición de derechas gobierna con plena mayoría, como así apuntan las encuestas“, opinan portavoces del PP, temerosos de un vuelco en la cohesión territorial de Europa.

Participaciones de Enel, matriz de Endesa, donde el Estado italiano es el principal accionista. Fuente: Web de Enel.
Endesa en Canarias lleva desde 2015 alertando de la necesidad de renovar las infraestructuras básicas, sobre todo, las centrales combinadas y los grupos de Jinámar, Güímar o Puerto del Rosario. La eléctrica italiana llegó a poner encima de la mesa más de mil millones de de euros de inversión, pero la normativa regional limita sus actuaciones por contar con más del 40% de la cuota regional de generación. “Un sinsentido cuando las energías alternativas apenas llegan al 10% o cuando la entrada del gas ha sido un rotundo fracaso”, lamentan empresas de comercialización privadas y ex miembros del consejo asesor de Endesa en las Islas (antes Unelco), convencidos de que un sistema más eficiente abarataría el coste de los recibos.
La luz en Canarias está subvencionada por el hecho insular con el fin de reducir el sobrecoste de su dependencia de los derivados fósiles. El déficit tarifario de Canarias alcanza los 800 millones de euros, que son cubiertos por los presupuestos del Estado al pool eléctrico. Enel gana unos 200 millones al año en Canarias, tras una facturación por encima de los 2.000 millones. “Un acuerdo así lleva tiempo, pero sería muy rentable si se comparten las inversiones en equipos con el sector público“.
En algunos foros empresariales se ha analizado la expectativa de aunar a cien inversores locales para adquirir Endesa en Canarias. La iniciativa, avalada por Coalición Canaria durante los mandatos de Paulino Rivero y Fernando Clavijo, quedó desaconsejada antes de su entrada en el Parlamento autonómico. El coste de la operación se valoró en 500 millones de euros que podrían ser consignados a la Reserva para Inversiones siempre que el Estado diera su visto bueno para garantizar la ficha financiera, tanto en las ayudas a la inversión como al funcionamiento, además de incentivos fiscales de primera línea.
El triunfo, por tanto, de Meloni y de la ultraderecha podría romper el estatus quo de la eléctrica como tenedora de un negocia internacional que podría desmembrarse por territorios si el Estado italiano empieza a aligerar su elevadísima deuda pública, con más de un 130% del PIB.
En 2014, Enel compró a la que ya era su filial Endesa la totalidad de su negocio en Latinoamérica con el objetivo de llevar a cabo una reorganización del grupo empresarial, y limitar la gestión de los ejecutivos de Madrid solo a España y Portugal. La expansión internacional pasó directamente a Roma. En total, los activos iberoamericanos valdrían unos 10.000 millones de euros que podrían salir a la venta, si Meloni, Salvini y Berlusconi aplican recetas endogámicas como no se han conocido desde el periodo de Mussolini.
La prueba más inmediata que esperan los inversores girarán en torno a Sace, que es la compañía italiana de seguros financieros, controlada por el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia, y especializada en fomentar el crecimiento y el desarrollo de las empresas y la economía nacional a través de una amplia gama de herramientas y soluciones para mejorar la competitividad en el mundo. Desde hace más de cuarenta años, Sace es el interlocutor de referencia de las empresas italianas que exportan y se expanden en los mercados extranjeros. Por lo menos, hasta que llegó Meloni.