Polisario abre el proceso para reconocer los crímenes de guerra
Brahim Gali, en su discurso con motivo de la nacionalidad saharaui, anuncia que repararán a las víctimas de "errores y abusos del pasado", cometidos en los años 70. Los casos ascenderían a 350
El Frente Polisario abre el proceso institucional para reconocer, por vez primera en 50 años, la comisión de crímenes de guerra en los campamentos argelinos de Tinduf.
En un discurso oficial pronunciado por Brahim Gali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, durante la jornadas de la nacionalidad el 12 de octubre de 2022 (coincide con la Hispanidad española), el Polisario admite que hubo “errores y abusos” y anuncia que abrirá el procedimiento para indemnizar a las víctimas y a sus familiares.
Según fuentes de asociaciones de derechos humanos, los presos políticos fallecidos y torturados en procesos de encarcelamiento sumarísimos alcanzan los 350, todos de origen saharaui.
Algunos de los casos que serán sometidos a la revisión oficial del Polisario incluyen a personas que viven en El Sáhara Occidental, como el del Mandela Saharaui, que pasó 12 años en una prisión bajo tierra; o los de Hussein Baida, 5 años encarcelado; o el de Dahi Awai, condenado a 2 años de encierro. Los tres fueron torturados física y psiquícamente.
El propio Gali, sorprendiendo a propios y extraños, ordenó la rehabilitación y reincorporación de los cuadros y militantes que se vieron afectados en el pasado como resultado de los “errores y abusos” del pasado, debido al resultado de la guerra y el exilio, según detalló Nana Labbat, una consejera en la presidencia saharaui de la que se hace eco Ecsaharaui.com, uno de los periódicos más influyentes de la República Árabe Saharaui Democrática (Rasd).
“Esta es una decisión histórica”, explica el medio, “que llega para reparar el honor y el daño que sufrieron algunas personas como motivo de equivocaciones, errores y enfrentamientos típicos en una etapa complicada de la lucha del pueblo saharaui”.
La decisión tomada por el Frente Polisario, “que dedica lo más brillante de su lucha, la pureza de sus intenciones y su constante disposición a corregir las transgresiones y los errores, pase lo que pase, por muy lejanos que sean”.
“El Frente Polisario, que vela por respetar los derechos del pueblo saharaui en su conjunto, no puede pasar por alto los derechos individuales de sus militantes, y no se retracta en cerrar una época negra de ninguno de los afectados”.
“Era una decisión necesaria y esperarada por la sociedad Saharaui, ya que no sólo repara el honor de las personas afectadas y de las víctimas sino que contribuye a cerrar heridas y diferencias entre sectores de la sociedad Saharaui”.
“La importancia del paso de hoy radica en la audacia de tomar la decisión final de arreglo para las víctimas de los errores del pasado, y en el momento y la implementación de la misma. Después de eso, el Frente Polisario es un movimiento de liberación que no ha alcanzado su meta más importante, la independencia del pueblo saharaui y la culminación de su soberanía sobre su tierra, con un largo y complicado camino por delante, en medio de complejos cambios internacionales, pero que respondió a la llamada de la conciencia de la verdad, y logró un anhelo nacional de reconciliación, consigo mismo en primer lugar y entre sí mismo y sus cuadros en segundo lugar”.
A raíz de esa decisión histórica, el presidente Brahim Ghali “le atribuye haberla tomado, después de años de intentos ante un complejo expediente que ha sido aprovechado para socavar la credibilidad del Frente Polisario: Hoy, gracias a esta valiente decisión, el pueblo saharaui vive un día similar al 12 de octubre de 1975”.
“La reparación hoy, con la audaz decisión que tomó y el coraje de quienes forzaron su pensamiento, cuyo patriotismo y lucha no les hizo cambiar de opinión, es una brillante encarnación de la Unidad Nacional con la que el pueblo saharaui enfrentó el colonialismo español y la ocupación marroquí”.
“Esta decisión contribuira a acallar a quienes de forma torticera, falsa y dañina han utilizado y utilizan esos abusos cometidos en su mayoría en los años setenta como arma arrojadiza para desprestigiar y restar legitimidad a la lucha del pueblo Saharaui. Hoy esas víctimas de ayer reciben su reparación, restauración y rehabilitación que era una deuda del Estado Saharaui con ellos como ciudadanos de pleno derecho. Esta medida reviste gran importancia ya que es una manera moderna de reparar una injusticia que muy pocos países han afrontado con valentía y dignidad, lo que demuestra que el Estado Saharaui es una realidad que está a la altura de las circunstancias del momento de la historia moderna”.