Papa Francisco ofrece una nueva advocación mariana: Nuestra Señora Apurada
Más de 200.000 personas y fieles arropan al Pontífice en el santuario de Fátima, uno de los más importantes de la Fe católica
La visita del Papa Francisco al santuario portugués de Fátima, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, sirve para defender una comunidad católica “acogedora y sin puertas, que evoca un gran abrazo materno”. “Sea siempre así en la Iglesia, que es madre: puertas abiertas para todos, para facilitar el encuentro con Dios; y lugar para todos, porque cada uno es importante a los ojos del Señor y de la Virgen”, aseveró el pontífice argentina. “Todos, todos, todos… Sin exclusión. Es la casa de la Madre y la Iglesia Madre siempre tiene las puertas abiertas para acoger”, insistió ante los fieles, junto a 38 obispos..
“Hay muchas advocaciones de María. Quizá podríamos incluir Nuestra Señora Apurada, Nuestra Señora Apresada, se apura para estar cerca de nosotros, que sale corriendo”, sugirió el Papa en un gesto de espontaneidad, refiriéndose al episodio en el que la Madre de Jesús no dudó un minuto en acudir a ayudar a su prima Isabel, el pasaje que ilustra la JMJ. “Nuestra Señora siempre acompaña y nunca es protagonista. Ella acoge y señala a Jesús, no hace otra cosa que apuntar nuestra mirada hacia Jesús”.
La jornada en Fátima ha sido masiva. Alrededor de 200.000 fieles acompañaron al Pontífice durante el emotivo rezo del Rosario, desde el Santuario de Fátima, donde se realizó la meditación de los Misterios Gozosos.
La oración del Rosario fue dirigida por algunos enfermos y discapacitados de diferentes nacionalidad a quienes el Santo Padre escuchó y acompañó en sentido recogimiento.
En el concierto de música católica organizado por el movimiento “Hakuna” en la JMJ de Lisboa, los asistentes reiteran que este encuentro “es un buen momento para discernir y preguntarse qué quiere Dios de mi”.
Rodeados de miles de personas de diferentes países que esperaban escuchar sus canciones favoritas del grupo “Hakuna” en la plaza del comercio de Lisboa, participaron jóvenes de las diócesis canarias, convencidos de que la JMJ significa “celebrar la fe y festejar la Iglesia, que está viva”. Además, asegura tener “muchas expectativas”.
Destaca que “al ver esta alegría de ser tantos, algo te tienes que cuestionar”. “Todos estamos aquí porque tuvimos un encuentro personal con Jesús, Dios habla al corazón, y seguro que aquí el Señor nos va a hablar a todos”.
Resaltó también que la JMJ “es un buen momento para discernir y preguntarse qué quiere Dios para mí, cuál es la misión que Dios pensó para mí. Todos tenemos una misión y está en cada uno descubrirla y escuchar la voz de Dios”.