Pablo Casado y C’s quedan expuestos al precipicio
Pablo Casado y Ciudadanos quedan expuestos al precipicio del electorado.
Casado convirtió en el derrotado de la resaca electoral catalana, una vez amortizado el riesgo de desaparición que sufre Inés Arrimadas, cuyo resultado no da ni para pipas.
Casado trazó una estrategia de confrontación con Vox, lo que sumado al arranque del nuevo juicio a Bárcenas, acabó por hundirlo en los peores resultados cosechados en Cataluña con solo 3 escaños y la amenaza de no pasar del 3% mínimo para entrar en la Cámara regional.
Casado tiró por la borda a Cayetana Álvarez de Toledo e incluso renegó de Rajoy y Soraya Sáenz al cuestionar la legalidad de las cargas policiales durante el 1-O. Todo valía con tal de suavizar el macanazo, tal y como ocurrió en una noche de reajustes para el PP y para Ciudadanos.
Ni siquiera el tirón de Vox, con 11 diputados, sirve para el alivio de una derecha retraída y desorientada.
El PP no es Ciudadanos, pero va camino de la nada a base de una oposición cómoda y estrecha que ha acabado por contaminar a sus parlamentos autonómicos como es el caso de Canarias.
En cuanto a la zona ganadora, el PSOE logra una rotunda victoria que quizás quede eclipasada por el triunfo del soberanismo, donde solo falta que unan fuerzas Ezquerra, JxCat y la Cup para auparse con una sobrada mayoría absoluta.
Mientras Inés Arrimadas sí dio la cara ante la opinión pública, Casado delegó en su número 2, Teodoro García Egea, quien justificó la derrota en la escasa adhesión que siempre ha cosechado el PP en Cataluña.
Egea tachó a sus contrincantes de “populistas“, incluida las informaciones sobre el pacto entre la Fiscalía y el ex tesorero Luis Bárcenas, pero “eso poco importa, porque el constitucionalismo está más débil y el independentismo, más fuerte“.
“Nuestra expectativa de voto estaba en 10, pero eso no hace sino reforzar lo que nos mandatan las bases, no vamos a cambiar el rumbo para trabajar en el proyecto en el que estamos trabajando, centrado, de futuro y de unión. España necesita el proyecto de centro-derecha de Casado“.
Respecto a Bárcenas, matizó que “se trata de la última factura que pagará el partido“.
En todo momento, argumentó que el resultado es “malo para Cataluña”, pero no asumió ni una sola autocrítica.