OJ Simpson y la justicia mediática
'American Crime Story' repasa con maestría uno de los asesinatos más escalofriantes y contradictorios de EEUU, cometido por la megaestrella deportiva. John Travolta y Courtney B. Vance dejan una huella interpretativa de altura
Hoy traigo una serie, que si bien habla de acontecimientos que sucedieron realmente, después de verla creerás que lo que has visto es una serie de ficción.
Con un guión que nos deja casi sin aliento, se repasa al minuto uno de los asesinatos más escalofriantes y llenos de contradicciones de los que posiblemente se han juzgado en las cortes de los Estados Unidos, en su primera temporada.
Hablamos de la controvertida American Crime Story.
Creada por Larry Karaszewki y Scott Alexander, quienes además son además productores ejecutivos junto a Nina Jacobson, Brad Falchuk, Brad Simpson y Ryan Murphy, fue estrenada el 2 de febrero de 2016 en el canal FX.
Es además un spin-off de la antológica serie de terror American Horror Story, creada por Falchuk y Murphy.
Como la serie de la que deriva, cada temporada es un mundo en sí mismo, una historia distinta cada vez, siempre partiendo de un hecho real.
En la primera temporada, que se subtituló The People vs O.J. Simpson, se presenta el juicio de por asesinato de la mega estrella del deporte O.J.Simpson, basado en la novela The Run of His life.
La serie nos presenta a un deportista desnortado, sin valores, un desconocido para los aficionados que conocemos la trayectoria de este superdeportista en la intimidad (Por momentos llegas a pensar que está verdaderamente loco).
Pero también pone de relieve una cantidad de controversia basada en el hecho de que hay que defender el honor de los que nos dan felicidad cada domingo, como en los partidos, a pesar de que el precio medio de un jugador de fútbol americano sea de unos 4 millones de euros por año y nuestro sueldo no supere los 700 euros al mes.
Eso justifica el hecho de que hay intocables, dioses que pueden hacer lo que quieren con el beneplácito del resto de los mortales, que nos giramos o nos ponemos de lado ante los abusos que estos puedan cometer.
Detrás de todo ello hay un montón de presiones. Cómo la de la comunidad negra que veía en el caso un caso de racismo, o mejor dicho una oportunidad de visibilizar la segregación que azota a la sociedad americana en cada uno de sus estamentos, sin hacer mucho caso al hecho de que todas las pruebas condenaban al ciudadano ejemplar que integra su comunidad.
Algodoneros en la era Trump
Sin ir más lejos, tras la elección de Donald Trump, han saltado a la palestra unos cuantos incidentes racistas en diversas escuelas y universidades de todo Estados Unidos, incluyendo estudiantes que gritan poder blanco y llaman algodoneros a sus compañeros negros. Según Associated Press, se han identificado más de 20 casos que involucran a personas demasiado jóvenes para votar.
Presión por parte del resto de la opinión pública que, dividida y expectante aguardaba los acontecimientos, está tratando de digerir cada día las noticias que emanaban de la corte de justicia.
Presión por parte de las autoridades que buscaban satisfacer la curiosidad de sus conciudadanos, pero que a la vez querían que aquello acabara rápido porque fuera como fuese cualquier implicación con el caso restaría votos.
Esa presión que hizo que las pruebas fueran manipuladas sin cuidado y que aferrándose a ello, se le dio la vuelta a los argumentos de la acusación.
¿Qué habría pasado si las pruebas se hubieran manipulado como era debido?
También habla de la amistad esta serie, pero de la amistad mal entendida, ya que la amistad en algún momento nos puede nublar la vista pero no nos puede cegar, y a más de un amigo de O.J. le cegaba el peso de la amistad con el deportista.
El elenco, como la serie es de primerísima calidad incluyendo a actores y actrices de la gran pantalla que están viendo en estas series un oasis en el maltrecho mundo del cine.
Lo más interesante es comprobar que el nivel interpretativo no baja en John Travolta como Robert Shapiro, y Courtney B. Vance como Johnnie Cochran.
Son de las dos interpretaciones más impactantes, pero sin lugar a dudas son Cuba Gooding Jr. como O.J. Simpson y David Schwimmer como Robert Kardashian, los que se llevan los elogios de la actuación.
En fin la serie es un retrato, una foto fija que nos revela a qué punto podemos llegar cuando queremos que algo sea cierto, aunque sepamos que no lo es. Una serie a tener en cuenta por todo lo que se cuenta.