Obispo Mazuelos asciende a Eloy Santiago al cargo de canciller de la Diócesis
Obispo Mazuelos asciende a Eloy Santiago al cargo de canciller de la Diócesis.
Eloy Santiago es párroco en Playa del Inglés y El Tablero, en el Sur de Gran Canaria, y, en previsión, dejará ambas iglesias para trasladarse a la Plaza de Santa Ana, sede oficial de la Diócesis.
Según declaró en una larga entrevista en la emisora diocesana, José Mazuelos confirmó que Eloy Santiago se incorporará además a la junta de gobierno de la Diócesis.
Santiago, natural de Las Palmas de Gran Canaria, completó los estudios de teología en la escuela diplomática de Roma, y ha sido secretario en las nunciaturas de Colombia, Suráfrica y Reino Unido.
Mazuelos, que ya cumplió un mes como sustituto de Francisco Cases, anunció que prevé renovar la mayor parte de los puestos de responsabilidad de la Diócesis de Canarias, aunque no precisó en qué dirección irán los cambios.
Eloy Santiago, de unos 50 años de edad, fue nombrado en octubre director de la comisión contra los abusos sexuales a menores, tal y como ha conminado la Santa Sede a todas las diócesis católicas.
Ahora, Mazuelos amplía su campo de gestión a la cancillería, encargada sobre todo, del contenido de las actas de la curia, su custodia y archivo, según el Derecho Canónico.
Sin embargo, en la práctica un canciller puede ejercer como secretario particular del obispo.
La cancillería hasta ahora recaía sobre José Lavandera, uno de los canónigos de la Catedral.
El nuevo prelado admitió que se encuentra ante una diócesis intensa, y que su ilusión se centra en “anunciar el Evengalio“, sin aspirar “a grandes masas“. “Palabra de Dios, Eucaristía y Sacramentos son las bases de mi vida espiritual, me las aplico a mí, porque me da fuerzas. Y también escucho“.
En relación al impacto social sobre el coronavirus, Mazuelos, teólogo y médico, señaló a San Ignacio para asumir que debemos “trabajar como si Dios no existiese, pero después conviene descansar, porque Dios sí existe“. El obispo se mostró convencido de que el Covid ha impulsado sentimientos como la solidaridad y la cooperación mutua.