Nuevo paso para la inmunización
El regulador americano del medicamento va a declarar como definitiva la vacuna de Pfizer, y será entonces cuando empresas e instituciones dispongan de herramientas jurídicas para imponer la inoculación como garantía de derechos
El escepticismo de un sector de la población a la hora de vacunarse se basaba en la fase experimental de los fármacos.
La pandemia por Covid cogió desprevenida a la comunidad científica y, a tenor de lo expresado por los reguladores y los sanitarios, hubo que aplicar remedios inmediatos para combatir un mal que se extendió por el planeta.
De ahí surgió la prioridad de autorizar la salida al mercado de productos que, en otras circunstancias, se hubieran demorado años.
Las farmacéuticas iniciaron una carrera veloz por garantizar una cobertura que protegiera a las personas y que salvara la economía.
De momento, el tsunami está contenido en los países desarrollados y, en menor proporción, en las sociedades precarizadas.
Ahora, con el inminente anuncio a favor de las vacunas de Pfizer, los negacionistas pierden parte de la credibilidad de la que han gozado por una cuestión elemental como es el beneficio de la duda.
El regulador americano del medicamento va a declarar como definitiva la vacuna de Pfizer, y será entonces cuando empresas e instituciones dispongan de herramientas jurídicas para imponer la inoculación como garantía de derechos.
Los datos del Servicio Canario de Salud explican que el 70% de la presión sanitaria proviene de personas que han rechazado las vacunas.
A Pfizer le seguirá, seguramente, Moderna y Jansen, con lo cual el mundo está abocado a vivir un nuevo paradigma: la vacunación generalizada del Covid.