Nicolás Redondo, el viejo guerrero
En sus idas y venidas a Canarias, el ex secretario general de UGT recomendó alejarse de la influencia socialista
Nicolás Redondo falleció a los 95 años de edad dejando atrás la huella del sindicalismo que ya no es.
Precursor de los derechos sociales, Redondo participó de forma activa en la asunción democrática española y en el desarrollo de los sindicatos como agentes económicos ante los empresarios.
Nacido en Baracaldo, su figura resultó imprescindible tanto para la reconfiguración del movimiento sindical como para el ascenso de Felipe González a la Moncloa.
Secretario general de UGT entre 1978 y 1994, Redondo acabó atrapado en la espiral de servicios en la que la central se sumergió con la cooperativa de viviendas PSV. Un triste final para un dirigente que lo dio todo por la lucha obrera en un contexto político donde trató de sobrevivir sin depender del poder del Gobierno (subvenciones).
En sus idas y venidas a Canarias, Nicolás Redondo recomendó alejarse de la influencia socialista. Fueron tiempos (final de los años 80 y comienzos de los 90), de reajustes entre los territorios y las federaciones, en definitiva, entre el consenso político o la lucha sindical; fueron los tiempos de José Manuel Hernández, Anastasio Travieso, Miguel Ángel Hernández, Carlos Ucha, Blas Trujillo, Alicia Rodríguez, Antonio Reyes y un largo etcétera de cantera institucional.
La caída del PSOE en la moción de censura a Saavedra, en 1993, dio paso a Coalición Canaria. La llegada del nacionalismo aceleró la concertación social a costa del presupuesto. La paz sindical imperó durante años frente al sacrificio del activismo y la protesta, los dos empeños de Redondo. Ya era tarde. El PP de Aznar haría el resto para convertir a los sindicatos en cooperantes de un nuevo rumbo carente de reivindicaciones ideológicas. El legado de Nicolás Redondo llegaba así a su fin.
Descanse en paz.