Nicaragua graba a los curas durante las misas como represión
Llamada de auxilio de la Archidiócesis de Managua para que la comunidad internacional condene los atentados contra la libertad del régimen de Daniel Ortega
Nicaragua graba a los curas durante las misas como represión social ahora que el país centroamericano se acerca a las elecciones generales del 7 de noviembre, donde el presidente, Daniel Ortega, encarceló a los 7 líderes de la oposición.
Los obispos de Managua han pedido a los sacerdotes que escriban las homilías y que se limiten a leerlas con el fin de preservar su integridad y el riesgo de ser procesados con falsa calumnias.
Las llamada de auxilio de la Archidiócesis de Managua para que la comunidad internacional condene los atentados contra la libertad del régimen de Daniel Ortega, se vienen intensificando desde septiembre de 2020.
El Gobierno nicaragüense, que llegó al poder gracias a una revolución campesina, quiere dar apariencia de democracia cuando “lo que se esconde detrás es una feroz dictadura que ha hecho inmensamente ricas a las personas que están en el poder“, recuerdan en redes sociales miles de personas que piden un cambio para devolver la paz al país.
Uno de los principales objetivos de Ortega es la Iglesia católica, considerado el último foco de resistencia hasta el punto de que el obispo Silvio Báez permanece refugiado en Miami (Estados Unidos) por recomendación del Vaticano ante los indicios de que será detenido nada más pisar suelo nicaragüense.
Báez es uno de los prelados más reputados de Latinoamérica y su lucha a favor de los oprimidos le ha valido el reconocimiento del Papa Francisco y de un amplio sector renovador de la Santa Sede.
#Nicaragua | La iglesia católica celebró una misa de desagravio por la imagen de la Sangre de Cristo de la Catedral de Managua, calcinada el 31 de julio de 2020 ⬇https://t.co/4fnE5byDgx
— Confidencial Nicaragua (@confidencial_ni) August 1, 2021
El chequeo a los curas en su actividad pastoral y litúrgica supone un nuevo atentado contra el Cristianismo en Iberoamérica. Se sospecha incluso que escuchan las conversaciones privadas por teléfono de los sacerdotes más comprometidos, hacen seguimiento a las comunicaciones virtuales y tratan de averiguar el contenido hasta de las confesiones.
En agosto de 2021, el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, denunció recientes ataques contra templos buscan “herir a la iglesia” católica, y criticó con dureza al Gobierno de Daniel Ortega por violar los derechos humanos.
“El demonio anda suelto y quiere herir a la iglesia, quiere herir a los obispos, quiere herir a los sacerdotes“, afirmó el también arzobispo de Managua durante una misa a puertas cerradas pero transmitida en vivo por las redes sociales.
El Vaticano pidió al Gobierno una investigación “seria, cuidadosa y transparente” del caso, que sucedió tras varios ataques a pequeñas iglesias del interior por desconocidos que no han sido arrestados.
“Nos perseguirán, nos calumniarán, pero ese no es el fin, no será el fin“, aseguró Brenes.
Las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno sandinista se fracturaron tras la revuelta social de abril de 2018, cuando los obispos apoyaron los reclamos de los estudiantes contra Ortega. Aunque primero los invitó a mediar un diálogo nacional, el mandatario los acusó luego de participar en “un fallido golpe de Estado” para removerlo del cargo, que ostenta desde 2007.
La Iglesia Católica en Nicaragua lleva planteando nuevos acosos por parte de Ortega a sacerdotes extranjeros que han acompañado las denuncias de la Conferencia Episcopal sobre las violaciones a los derechos humanos que ocurren en el país.
Desde 2019, las parroquias, e incluso la Catedral Metropolitana, han sufrido atentados y profanaciones, mientras que los sacerdotes han sido asediados, amenazados y golpeados por fanáticos del Frente Sandinista.
Por otro lado, sólo un día después de que formalizase su candidatura, la Fiscalía de Nicaragua acusa a Berenice Quezada de realizar “actos que fomentan el odio y la violencia“. Conocida por haber sido Miss Nicaragua en 2017, la opositora vio cómo se dictaba arresto domiciliario por anunciar que concurría a las elecciones.