‘Mencey de Abona’ la cicatriz del Sáhara en un duelo sin resolver
Un grupo amateur de teatro representa en el TEA de Agaete (GC) la desdicha de una de las madres que perdió a su hijo de 17 años en el caladero sahariano "bajo fuego asesino", según el texto original del escritor Bruno Rodríguez. Excelente papel de Nieves Bolaños
‘Mencey de Abona’ simboliza la cicatriz del Sáhara Occidental en un duelo sin resolver que continúa abierto desde hace 40 años.
‘Mencey de Abona’ fue uno de los barcos pesqueros ametrallados por el Frente Polisario frente a las costas del Sáhara.
Un grupo amateur de teatro representó en el TEA de Agaete (GC), la desdicha de una de las madres canarias que perdió a su hijo de 17 años en el caladero sahariano “bajo fuego asesino“, según el texto original del escritor Bruno Rodríguez.
El grupo Cortometrajes Agaete, dirigido por Ana Bermúdez, salió al escenario con arrojo y coraje para mostrar el trozo de un drama reciente de la historia Canarias en sus relaciones afectivas con El Sáhara.

Las dos protagonistas de la representación teatral ‘Mencey de Abona’ en el TEA de Agaete. (Foto Espiral21).
El caso del ‘Mencey de Abona’ es, a efectos prácticos, el de decenas de barcos que sufrieron las consecuencias directas de la guerra entre Marruecos y el Frente Polisario por la independencia del Sáhara Occidental, una de las provincias que abandonó España a su suerte en 1975 durante el fallecimiento de Franco.
El caso del ‘Mencey de Abona’ apenas se ha transformado en procedimientos judiciales para llevar ante los tribunales a los responsables de decenas de vidas pérdidas.
El escritor Bruno Rodríguez es el autor de un libro que recoge el sufrimiento de una viuda y la muerte de su joven hijo ametrallado por terroristas del Frente Polisario, que proclamaban en los 70 la soberanía de las aguas canario-saharianas.
La representación en Agaete intercaló imágenes y vídeos explicativos del conflicto territorial del Sáhara, dando paso a familiares de víctimas y marineros que sobrevivieron a los sucesos de aquellos años.
En noviembre de 1980, el ‘Mencey de Abona’ desapareció a escasas millas de las costas del Sáhara. De los 12 pescadores jamás se supo nada. Sólo fue hallado un cadáver, el de Domingo Quintana, de 36 años, atado de pies y manos al mástil del barco con signos evidentes de tortura.
En Agaete, la escenificación teatral revive con sumo realismo el diálogo de esa madre (excelente papel el de la actriz principal, Nieves Bolaños) que intuye el aciago destino de su hijo hasta que el dolor por el fallecimiento la rompe en mil pedazos. En un segundo tramo de obra, reclama (con un luto impecable) el cuerpo de su hijo que murió sin que los autores hayan perdido perdón; y, al final, la protagonista trata de compensar el sufrimiento aceptando la mediación de la Iglesia para que acoja a una niña saharaui de los campos de Tinduf (Argelia) que necesita prestación médica en las Islas.
Si algo sobresale en este proyecto es la notable y muy sentida interpretación de Nieves Bolaños, que es quien pone el alma en su desarrollo narrativo.
La adaptación se ciñe al libro original y no deja indiferente al espectador en un conflicto complejo que se inició, en realidad, a finales de los sesenta con los atentados del Polisario contra las bases militares de España en El Aaiún o Villacisneros, y que continuó después contra los barcos pesqueros que faenaban en el caladero como medida de presión para la comunidad internacional.
El Sáhara está bajo el designio de Naciones Unidas; el Polisario reivindica que pertenece a la República Árabe Democrática Saharaui; la jurisdicción es marroquí y la propiedad, española. Y, en medio, la herida abierta de familiares y víctimas canarias de una serie de episodios que esperan reparación a través de la Ley de Víctimas del Terrorismo que podría tener traslación en la Comunidad autónoma en esta legislatura.