Lula afronta los mayores desafíos de la historia de Brasil
Los tres retos: unir a una nación amargamente dividida hasta detener la devastación de la selva amazónica, además de aumentar los ingresos de millones de familias pobres
Lula da Silva, el ícono de la izquierda latinoamericana de 77 años, regresa al poder 12 años después. Esta vez se enfrenta a algunos de sus desafíos más difíciles hasta el momento, desde unir a una nación amargamente dividida hasta detener la devastación de la selva amazónica, además de aumentar los ingresos de millones de familias desesperadamente pobres.
Miles de simpatizantes, muchos cantando y ondeando la bandera carmesí del Partido de los Trabajadores, se unieron a dignatarios de todo el continente americano en la capital para la toma de posesión y un festival de conciertos al aire libre para celebrar el regreso de Lula de Silva, conocido popularmente como Lula.
“Hoy nuestro mensaje es de esperanza y reconstrucción”, dijo en un discurso en el Congreso después de prestar juramento como presidente, tomando el timón de la nación más grande de América Latina.
Da Silva dijo que lucharía por el mismo objetivo que se propuso lograr hace dos décadas: dar a todos los brasileños “una vida digna sin hambre, con trabajo y educación”.
El Rey don Felipe y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, asistieron al acto de toma de posesión en Brasilia.