La subida del dinero, ¿es buena o mala?
El Banco Central Europeo desaceleró el ritmo de aumento de sus tasas de interés, pero apunta que no está listo para detener su fiereza contra la subida de precios.
El cambio a un ritmo más lento se basa en un deseo por disponer de más espacios de influencia en la política monetaria con la perspectiva de inflación demasiado alta, una decisión que trastocó los planes de decenas de miles de empresas.
Algunos funcionarios europeos del sector más ortodoxo del BCE, abogan por tasas más elevadas, pero los Estados miembros (o sea la política en todo su esplendor) temen una involución en el crecimiento y la productividad económica.
Aunque Luis de Guindos (ex ministro del PP) calmó las tensiones a futuro, la ex economista del Banco de Inglaterra que ahora es economista jefe para Europa en PGIM Fixed Income, Katharine Neiss, prefirió inyectar un realismo más frío a los mercados al señalar que el BCE está viendo algunas señales de que la economía está comenzando a enfriarse y es consciente de los efectos indirectos de las fragilidades del sector bancario estadounidense en las condiciones crediticias europeas.
Los bancos se están animando a retribuir los depósitos con más de un 2,5% e, incluso, a reducir las comisiones para nuevos clientes en el segmento más comercial del negocio, pero la persistencia del BCE es transmitir una sensación de miedo escénico no ayuda a la confianza empresarial y, por extensión, a la generación de empleo en el sector privado.