La muerte sabe a sal, y no es nuevo
"Su cuerpo reposa ahora en una sepultura bajo tierra. Se llamaba Eléne Habiba Traore y sólo tenía 2 años. Apellido de poeta y narradora"
Está claro que una tirada de dados no acaba con el azar. Pero, a veces, acaba con una vida. En realidad, su espíritu ya había muerto en el mar, antes de llegar a la orilla.
Y sin embargo, su cuerpo reposa ahora en una sepultura bajo tierra. Se llamaba Eléne Habiba Traore y sólo tenía 2 años. Apellido de poeta y narradora, pero esperanza de vida corta. De ésas que se estiman a resultas de las frías estadísticas. Encorsetada en lo previsible.
Amarrada a esa apuesta a los dados en la vida como en la muerte. Dicen que aún huele a mar a los pies de su tumba, a sal. Pero no a la sal de la vida, no, sino a la que acabó con ella.
Y por la que la vida pasa. Pasado, presente y futuro para una travesía de sueños por la que perderse. Ilusiones que se funden en el mar y corren desde la senda de la infancia, cuando aún se pintan de colores.
Aunque ésta terminó de azul oscuro casi negro, porque pronto le cayó la noche a lo que le quedaba del día, a Eléne. Pronto le cayó la tierra encima.
Un abrigo bajo el que se guardan tantas esperanzas y no caben las tristezas, un recorrido en el que mirar continuamente hacia atrás para seguir avanzando.
Aunque sea en blanco y negro, aunque sea en azul oscuro casi negro. Un comienzo con cada nacimiento y nueva mirada. Un comienzo con cada travesía y cada sueño, aunque a veces sea el final.
La certeza de un destino compartido y, con ella, la existencia de un poder que mueve los hilos invisibles del acontecer. Y en la orilla, una noche que aún huele a vida.
Eléne buscaba el mundo cuando llegó tan sólo a su frontera sur, y ya no tuvo tiempo de hacer castillos en la arena. Demasiado fría cuando la mojan las olas, caída la noche.
Eléne, demasiado niña para dejar de soñar, demasiado niña para no mirar la vida de igual a igual. Y en tierra, todo el miedo del mundo en la oscuridad. Como en el mar. La muerte sabe a sal, y no es nuevo.