¿Istúritz le ganó la partida a Antonio Olivera?
El viceconsejero de Presidencia pone pies en polvorosa en el consejo de administración de Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad mientras que el director de Contratación es nombrado secretario del comité ejecutivo de una empresa con grandes contratos, como ambulancias
Los cambios orgánicos en las empresas públicas del Gobierno abrigan titulares de prensa tan sabrosos como nutritivos para la intuición, siempre que se conviertan en la antesala de un hecho veraz.
Tras la renuncia de Elías Castro como CEO de Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad en Canarias, José Julián Istúritz se convierte en secretario del comité ejecutivo, que, al fin y al cabo, es la herramienta con la que se desenvuelve una sociedad que ha promovido en dos años concursos por valor de más de 150 millones de euros (ambulancias, por ejemplo).
Istúritz es director general de Contratación y cargo de la máxima confianza de Román Rodríguez (Hacienda, NC). Es también uno de los artífices del sistema de emergencia 112 de Canarias creado bajo el mandato de Julio Bonis.
No es casual, por tanto, que Rodríguez lo sitúe en la esfera de una empresa de enorme sensibilidad e influencia bajo la atenta mirada del consejero titular y presidente del consejo de administración, Julio Pérez (PSOE).
El consejo acaba de remodelarse de manera que Julio Pérez da entrada al equipo de Sanidad con el fin de mostrar mayoría holgada frente a NC, o sea, frente a un Istúritz que sigue manejando información de quilates que apenas (o casi nunca) trasciende a la opinión pública.
De hecho, la Consejería de Administración Pública y, por extensión, Gestión de Salud y Seguridad no ha emitido nota alguna dando cuenta de los cambios.
Julio Pérez nombra vicepresidente al titular de Sanidad, Blas Trujillo (PSOE), y sitúa en el comité ejecutivo a Conrado Domínguez, director del SCS, y designa presidenta a la directora general de Modernización y Calidad de Servicios, Alicia Álvarez (PSOE), una dirigente con escasa experiencia política que apenas lleva un año en el cargo.
Istúritz no lo tendrá fácil porque son 4 socialistas los que medirán sus pasos, pero qué duda cabe que su aparente éxito radica en la salida del consejo de administración de Antonio Olivera, viceconsejero de Presidencia con facultad para asistir a los consejos de gobierno.
Las entrañas del poder desvelan, a menos de un año de las elecciones autonómicas, que la revocación de Olivera responde a una táctica interna para alejarlo (dos años después) de una empresa a la que accedió como director general del SCS cuando cayó en desgracia, en marzo de 2020, la entonces consejera Teresa Cruz (todavía diputada regional), sin que se sepa aún por qué pasó en cinco horas de heroína a villana cuando logró que el Consejo de Gobierno aprobara un contrato a dedo de 5 millones de euros para mascarillas en pleno inicio de la pandemia.
Otro enfoque indicaría que Istúritz ha conseguido una amputación de calado aprovechando la marcha de Elías Castro, aunque trata de venderse de puertas adentro como un alivio para el presidente, Ángel Víctor Torres.
La práctica demuestra que Istúritz es mucho más que un mero director general; de lo contrario, una modesta directora general no necesitaría un arrope de tanto calado como Julio Pérez, Blas Trujillo y Conrado Domínguez.
El único hándicap para José Julián Istúritz es saber si en otoño continuará NC en el Gobierno. Parte de la respuesta se encuentra este domingo en el resultado electoral de Andalucía.