Inflación en Estados Unidos alcanza el peor dato desde 1982
Los precios suben un 7% como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19, debido a las interrupciones en la cadena de suministros, la escasez de bienes y los estímulos para mejorar el consumo
La inflación de Estados Unidos alcanzó su ritmo más rápido en casi cuatro décadas, ya que los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, junto con el estímulo destinado a apuntalar la economía, provocaron una subida precios del 7% (en España, 6,7%).
El llamado índice de precios subyacente, que excluye las categorías a menudo volátiles como alimentos y energía, creció un 5,5% en diciembre respecto al año anterior. Se trata del mayor aumento desde noviembre, la tasa más alta desde 1991.
“Todavía hay un tremendo impulso en lo que respecta a la inflación en este momento. Si bien es probable que la inflación alcance su punto máximo en los próximos meses, el ritmo general seguirá siendo un desafío para los consumidores, las empresas y las políticas”, dijo Sarah House, directora y economista sénior de Wells Fargo.
La última vez que los precios al consumidor registraron un aumento anual de este tipo fue en junio de 1982, pero las circunstancias eran muy diferentes a las actuales. Si bien la inflación en este momento está aumentando, en aquel entonces estaba cayendo después de alcanzar un máximo del 14,8 % en 1980, cuando Jimmy Carter aún era presidente y la revolución iraní había hecho subir los precios del petróleo.
Para entonces, el presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, elevó drásticamente los tipos de interés, lo que provocó una breve recesión en 1980. Cuando las tasas alcanzaron el 19% en 1981, comenzó una recesión mucho más profunda.
Hoy, la pandemia de Covid-19 ha causado interrupciones en la cadena de suministro, y la escasez de bienes y materiales, en particular automóviles, junto con una fuerte demanda de los consumidores que disfrutan de los beneficios del estímulo del gobierno están detrás del aumento de la inflación.
Los economistas y la Reserva Federal esperan que la inflación disminuya este año a medida que se eliminen los cuellos de botella en la oferta y se normalice la demanda, pero la Ómicron de Covid-19 ha renovado la incertidumbre sobre las perspectivas económicas a medida que continúa la pandemia.