Hacienda Canaria tarda 10 años en desvelar que Evemarina lidera la lista de morosos
De la mano de Pepa Luzardo, la constructora malagueña se embolsó un crédito de 40 millones de euros de La Caja que no devolvió para construir en Guanarteme 2 edificios de 35 plantas que tampoco construyó
Hacienda Canaria tarda 10 años en desvelar que la constructora andaluza Evemarina encabeza la lista negra de morosos por impagos en impuestos locales como el IGIC.
Hacienda difunde, por vez primera, los nombres de las empresas que deben más de un millón de euros al fisco. Solo Evemarina adeuda 6 millones de euros.
Los dueños y ejecutivos de Evemarina vestían chaquetas celestes, pantalones blancos y mocasines de pantalán sin calcetines. Como Don Johnson en Miami Vice.
Con un moreno impoluto de rayos uvas, los CEOs del nuevo siglo 21 se convertían en los reyes del mambo de una fiesta de guante blanco que estaba a punto de comenzar en Las Palmas de Gran Canaria de la mano del PP urbano.
Evemarina debe hoy a las arcas autonómicas 6 millones de euros que no se cobrarán jamás porque la empresa entró en concursal en 2008 y, desde entonces, si te vi no me acuerdo.
Evemarina fue el vivo ejemplo de la hoguera de las vanidades que se quemó en LPGC antes del estallido de la crisis hipotecaria y financiera que intoxicó cientos de bancos y cajas de ahorro en Estados Unidos y Europa.
Evemarina entró a Las Palmas por la puerta grande que le abrió la entonces alcaldesa del PP y hoy diputada regional, Pepa Luzardo.
Evemarina abrió una sucursal vip en Ciudad Jardín y se convirtió en el santo y seña de una onda especulativa en la que economía y política fueron siempre de la mano.
La compañía, fundada en el año 2001 en Andalucía por el arquitecto Borja Ramos, dejó un pasivo en España de 300 millones de euros; al menos 50 millones corresponden a Las Palmas.
Además de los 6 millones por impago del IGIC, Evemarina logró un préstamo de 40 millones de euros de La Caja de Ahorros de Canarias, hoy desaparecida tras su integración en BFA-Bankia.
Los 40 millones salieron de La Caja hacia Evemarina en 2007; en 2008 Evemarina presentó concursal. En medio ya se había producido la caída de Lehman Brothers.
La Caja acabó llevando el crédito a morosidad sin iniciar, eso sí, acciones judiciales.
La vicepresidenta de La Caja era la propia Pepa Luzardo, que fue quien medió en el préstamo con el fin de financiar el edificio de 35 plantas que el arquitecto del PSOE, Carmelo Padrón, había diseñado para el solar de Pavía, junto a Las Arenas.
Evemarina aplicó todo su arsenal de brillo mediático para dar cuerpo a la operación.
Surgieron las permutas de los terrenos de Las Coloradas de manera que todos salían ganando.
Los dueños de Las Coloradas cambiaban sus propiedades por el solar de Guanarteme. La alcaldesa incorporaba al patrimonio público protegido el paraje de La Isleta. Y Evemarina generaba ilusión con sendos edificios que serían el nuevo icono arquitectónico de la capital.
Evemarina presentó como aval ante La Caja el suelo sobre el que irían las 2 torres. El ex director general de La Caja, Juan Manuel García Falcón, asumió en persona las negociaciones de manera que obvió que la garantía de la constructora estaba sujeta a la modificación del Plan General de Ordenación de la capital.
Faltaban muy pocos meses para las elecciones locales de 2007 y Luzardo estaba convencida de que repetiría. El solar de Pavía estaba pendiente de recalificación. Para La Caja y para los inspectores del Banco de España, la palabra de la alcaldesa fue suficiente. Nadie pidió más garantías. Ni García Falcón, ni el presidente de la entidad, Antonio Marrero, ni el conjunto del consejo de administración en el que figuraba, también, Román Rodríguez, quisieron enterarse de los riesgos.
El crédito de La Caja se entregó antes de las elecciones, pero quien ganó los comicios fue Jerónimo Saavedra. El Plan General no se cambió, el aval quedó inservible y Evemarina se frotó las manos. De hecho, en enero de 2008, Saavedra denegó la licencia de obras a Evemarina, congelando la propuesta de las 2 torres de 35 plantas.
La gran obra de Luzardo y Evemarina se esfumaba en enero de 2008. A los 6 meses, Evemarina presentó suspensión de pagos. Nadie volvió a ver los dueños.
La sede social de la constructora Evemarina fue embargada después a petición de un grupo de inversores privados que alegó impagos en la venta de 67 chalets en Tafira, en la capital grancanaria. El caso se siguió en el Juzgado de Primera Instancia Número 9 de Las Palmas.
Los gestores de Evemarina ya afrontaban desde 2008 una demanda por impago presentada por un grupo de inversores canarios, ex propietarios de un conjunto de lofts y chalets ubicados en Tarifa, en la zona conocida como Zurbarán.
También se implicaron en el campo de golf junto al Hospital Negrín pero en esta operación, Cajacanarias (hoy Caixa) fue más hábil y ejecutó la hipoteca sobre el club y el área deportiva.
Evemarina caminó siempre muy cerca del PP. Llegaron a iniciar gestiones con los dueños de Anfi del Mar para adquirir parte de su capital. Su proyecto estrella fue anunciar que clonarían el Puerto Banús de Málaga en el Sur de GC, una iniciativa que asombró al alcalde de Mogán, Francisco González, que les dio todo el arrope.
No hubo nada. Evemarina se marchó con los bolsillos llenos gracias a un macrocrédito. Ahora, 10 años después, el Gobierno canario hace público que Evemarina está en lo más alto de la lista negra. Que se lo digan a La Caja, o a lo que quedó de ella.