Francisco en el Domingo de Ramos: “Pobres solos y abandonados”
El Sumo Pontífice supera la dolencia respiratoria, se presenta en la plaza de San Pedro y pasea en el Papa móvil tras revelar el fallecimiento de un sin techo junto a la vía de la Conciliación
Cada noche de la vía de la Conciliación, junto al perímetro separado por vallas para pisar suelo vaticano, decenas de gaviotas revolotean, con el pico casi ensangrentado, las bolsas de desperdicios de los turistas romanos.
Es una imagen que se repite de forma constante, atrayendo cada vez a más aves como la película del británico Alfred Hitchcock. Las playas de la capital italiana están a menos de 25 kilómetros, en Ostia.
Las protectoras de animales han declarado que las gaviotas son intocables, y se les permite que campen a sus anchas. Ya ni se inmutan al paso de los turistas; algunas, como aves carroñeras que son, se vuelven hasta desafiantes por un trozo de pizza arrojado a la vía.
Mientras, los sin techo se agolpan como pueden en las frías noche de invierno y primavera, bajo las columnas de la Conciliación en el edificio que alberga la Sala de Prensa de la Santa Sede. La llegada de Francisco al trono de San Pedro ha permitido que las personas en precario pernocten en esa zona; a veces, incluso duermen delante de la librería Ancora o la tienda de souvenirs religiosos Aurora. Un contraste tan cínico como real.
Para fortuna de feligreses y pobres de solemnidad, Francisco, ingresado de urgencia por insuficiencia respiratoria, se presentó en la plaza de San Pedro, ofició la Misa de Domingo de Ramos y paseó en el Papa Móvil, el vehículo acomodado para trayectos en público.
En su homilía, Francisco se detuvo un instante para recordar, una vez más, el triste fallecimiento de uno de los sin techo en la Conciliación este fin de semana. “Solo y abandonado, como Cristo“.
No es la primera vez que el Santo Padre recuerda el drama de los pobres dejados a su merced en la calle, sin oportunidades, sin aliento y sin protectoras que reivindiquen su bienestar. “Las gaviotas disfrutan de mayor protección”.
El Domingo de Ramos se congregaron 60.000 fieles en San Pedro. Nadie acudió al frontis de la sala de prensa del Vaticano a depositar al menos una flor por el fallecimiento, a la intemperie, de un hombre del que no se sabe aún su identidad.