Francia, Italia y Escandinavia se reparten la energía en Canarias
Veolia lanza una opa sobre Suez (Canaragua); EQT, mayoritario en Emalsa, trata de comprar Ferrovial Servicios (vertederos). Enel (Endesa) tiene como accionista principal al Gobierno de Roma
Francia, Italia y Escandinavia se reparten el control de la energía en Canarias.
Endesa, Canaragua y Emalsa encabezan el núcleo duro de la distribución de luz y agua en hogares, empresas e instituciones.
Las 3 compañías están, a su vez, controladas por multinacionales francesas como Suez, Saur y Veolia; italianas, como Enel, y escandinavas como EQT o Equinor, ésta última pendiente el concurso eólico en off-shore (alejado de la costa).
En un segundo nivel, como distribuidores y almacenistas, aparecen Cepsa (con mayoría de acciones en los Emiratos Árabes) y Disa, la única con sede operativa en Canarias aunque expandida a la Península, Portugal y Uruguay, propiedad de la familia catalana Carceller.
En un tercer bloque aparecen el grupo Naturgy (antes Gas Natural), llamado a ser uno de los principales operadores de energía eólica una vez que entren en funcionamiento los parques repartidos por varias islas, y Totisa, del inversor hispano-ecuatoriano residente en Las Palmas, Alejandro Peñafiel, ganador de un concurso en el Puerto de Las Palmas para construir una planta de gas natural licuado y una central eléctrica con una inversión de 100 millones de euros.
Pero el mapa empresarial de la energía en Canarias va camino de moverse de forma intensa a lo largo de 2021.
EQT, el fondo de pensiones sueco, dispone de una cartera inversora por valor de 115.000 millones de euros.
En 2019, formalizó la compra del 100% de Saur, lo que le permite ser el titular del 66% de las acciones de Emalsa frente al 34% del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que figura como regulador y presidente de la compañía de agua de abasto. El volumen de negocio de Emalsa asciende a 60 millones de euros al años y en 2020, absorbió a la auxiliar Sercanarias (hoy Emalsa Operaciones).
EQT está en conversaciones con Ferrovial Servicios (de la familia Del Pino) para adquirir toda la división en España. De cristalizar, EQT tendría mayoría no solo en Emalsa, sin pasaría ser el gestor de los 2 vertederos de GC (Barranco Seco y Juan Grande), además de los puntos limpios que adquirió en 2021 en la adjudicación del Cabildo Insular.
Canaragua, por su parte, atraviesa un alambre más fino. Con 800 trabajadores en Canarias, 283.000 clientes y 150 millones de facturación, puede integrarse en el gigante Veolia en menos que canta un gallo.
Veolia es líder mundial en la gestión del agua, residuos y servicios energéticos. Apenas se ha desarrollado por su cuenta en las Islas, aunque dispone de una oficina en el edificio Woermann de la capital grancanaria, en la que figura como apoderado el ejecutivo Juan Borderia.
Canaragua Servicios, que tiene como administrador único a Suez Spain, según comunicó a los reguladores a comienzo de marzo de 2021, es una filial de Agbar (Aguas de Barcelona), presidida por Ángel Simón.
Canaragua Servicios mantiene como CEO en las Islas al abogado José Juan González.
Agbar, a su vez, pertenece al conglomerado de filiales de la gala Suez, en la que participa Veolia con el 29,99% de las acciones.
Veolia lanzó, en febrero de 2021, una oferta de adquisición por el 70% restante de Suez por 12.000 millones de euros, una operación que está sometida a un vaivén de contenciosos entre los consejos de administración de las 2 compañías.
De prosperar (como le ocurre a EQT con Ferrovial), Veolia se convertiría en el amo de Suez, de Agbar y de Canaragua Servicios.

Endesa es dueña de la central eléctrica de Jinámar, en Gran Canaria. (Foto Power Train Service International).
Endesa, por su parte, es en un 70% propiedad de la italiana Enel (el 30% flota en Bolsa), donde el Gobierno de Roma posee el 24% de los títulos a través del Ministerio de Economía y Finanzas, con varias sillas en el consejo de administración.
Incluso en la energía alternativa, un grupo coparticipado por fondos de inversión internacionales como CVC o GIP, como es el caso de Naturgy, agrupa la mayor parte de la cuota eólica.
A Naturgy también pertenecen Caixa o la Banca March, 2 de las principales entidades financieras de España.
Cepsa, que llegó a ser el líder indiscutible de Canarias mientras era propiedad del Estado, pasó con los años a manos del fondo soberano de Abu Dhabi y al grupo americano Carlyle.
Hoy, Cepsa es un almacenista que distribuye, sobre todo, a Disa, que el suministrador número uno a clientes como Emalsa, Endesa, puertos y aeropuertos.
Otros importantes actor del panorama europeo, como EDP, Iberdrola o Equinor están a expensas de que la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera (PSOE), convoque el concurso eólico marino, con inversiones superiores a las 600 millones de euros para un parque de oscila entre 150 y 250 megavatios.
En el Puerto de Las Palmas, Totisa Holdings trata de abrirse paso en el concurso que ganó para una planta de gas natural licuado y una central eléctrica por valor de 100 millones de euros.
Totisa posee oficinas en España, Londres y Moscú y cuenta con todos los avales de la Autoridad Portuaria.
Sin embargo, el concurso sigue pendiente de los reparos administrativos reflejados por Endesa en un concurso al que también se presentaron Disa y Enagás.
En un cuarto epígrafe de la pirámide energética se encuentra Red Eléctrica de España (REE), coparticipada por el Estado en un 20% mientras que el 80% está en manos de inversores entre los que figuran Endesa o Iberdrola.
REE es el regulador del sistema y, por ahora, no es titular de activos energéticos como otros operadores, aunque en su cartera de inversiones a futuro destaca la central de Chira Soria en Gran Canaria, o el canal submarino entre Fuerteventura y Maspalomas.