Feijóo “puede salir mal parado”, según Tom Burns
"Puestos a jugar y a ganar en un sistema clientelar, al PP le sobra comida caliente para dar a quienes no tienen donde caerse muertos si no fuese por la política"
La nueva derrota de Alberto Núñez Feijóo en la jornada de investidura en el Congreso, ha dado para un oleaje de tinta propia de las mareas del Pino.
Una de las más significativas para entender la semana aciaga del líder conservador, la pulió de puño y letra, en la edición de papel de Expansión, el ensayista y periodista hispano-inglés Tom Burns Marañón, nieto del médico Gregorio Marañón, destacado pensador amigo de Benito Pérez Galdós.
Tom Burns vaticina un horizonte pesimista para Feijóo en un artículo que ocupa una página entera, y no solo por demérito del político gallego sino por la incapacidad del PP para analizar lo obvio: contar los votos. “¿Cómo es posible que un partido que tiene más escaños que ningún otro en el Congreso, que es dueño y señor del Senado y que está el afrente de las alcaldías de 30 capitales de provincia, y de 13 comunidades autónomas, no es capaz de negociar los apoyos requeridos para encabezar el gobierno de la nación? Puestos a jugar y a ganar en un sistema clientelar, al PP le sobra comida caliente para dar a quienes no tienen donde caerse muertos si no fuese por la política“.
Y añade con igual contundencia: “Seguramente, este penoso ejemplo de cómo ha actuado quien ha querido pero no ha podido, será un tema de preferencia en muchas tertulias Se olvidará su su discurso de hombre sensato, de bien, de principios y de palabra. Se recordará, solamente, que la votación le salió rana. Feijóo puede salir mal parado“.
Burns reconoce, sin embargo, que acorralar al presidente del PP sería “injusto, cortoplacista y contraproducente“, y “se verá que ha elevado los estándares del debate político“, al “retratar a sus adversarios“, “insolventes, tabernarios y mendaces“, pero a “los totalitarios del wokismo y del supremacista populismo identitario, minoritarios y en decaimiento, les dará igual“, excepto “a mucho catalán y vasco acomodado que apoya el discurso soberanista, no“.