Enrique Hernández Bento se rodea de afiliados y prescinde del establishment
Enrique Hernández Bento se rodea de afiliados del PP y prescinde del establishment (grupo de poder) del partido durante la presentación oficial de su candidatura al 14 congreso regional, en marzo.
Hernández Bento midió la puesta en escena de su programa desde el minuto uno.
Con un riguroso cronómetro deportivo, su equipo de medios y márketing diseñó el plan de comunicación amparado en la proximidad y el contacto con las bases.
La campaña comienza el próximo lunes, pero Bento quiso adelantarse unos días para mostrar el lado más humano de alguien que se convirtió hasta el pasado año en uno de los brazos derechos de José Manuel Soria como subsecterario del Ministerio de Industria y, posteriormente, delegado del Gobierno.
Al acto asistieron unas 70 personas. No hubo cargos ni cuadros directivos. Ni siquiera su hermana María del Carmen (congresista en Madrid) pudo alentarlo. Su mujer, sus padres, amigos y afiliados.
Lamentó que el PP de GC le negara la sede de Albareda en la capital grancanaria. Buscó el salón del hotel AC que se ubica frente a la dirección postal del Partido.
Animó a sus rivales, “y cuantos más mejor“, Juan José Cardona y Cristina Tavío, y no lo hizo con Asier Antona “simplemente, porque no me habla, porque no me llama. No me llamó ni una vez durante el año y un mes que estuve en la Delegación. Alguien en el que confiamos para que guiara sin conflictos el partido hasta el congreso nos devuelve ahora la moneda con adoctrinamientos e imposiciones. Ese alguien, que es presidente interino, quiere ejercer un liderazgo que da la espalada a los afiliados“.
Enrique Hernández Bento vistió pantalón vaqueros, camisa blanca sin corbata y chaqueta azul. Eligió un foco de luz intensa desde la derecha, proyectando una sombra sobre pared blanca para resaltar la proyección de una figura similar a la cinematografía del expresionismo alemán, una corriente artística de comienzos del siglo XX que busca la experiencia emocional.
En el péndulo de las emociones se movió sin altanería, sin gesticulaciones afectadas ni tonos mitineros. Habló pausado, con frases cortas recurriendo al principio de la comunicación básica con sustantivo, verbo y complemento. No descubrió nada porque en la simplicidad reside el éxito del mensaje. Y ese mensaje solo tenía (tiene) un destinatario: el afiliado. Su eslogan reza así.