Elisabeth II, God ‘saved’ the Queen
"Singular y cinematográfica, todo hay que decirlo. ¡¿Cómo no iban a llevar su vida al cine, la televisión y las plataformas una y mil veces?! Lo ha visto y vivido casi todo, primero como princesa y luego, como reina"
Elisabeth II, proclamada reina en Kenia y con sólo 25 años de edad… Sonaban tambores en vez de trompetas y el sol era naranja, en vez de un cielo lluvioso. Y así, de manera tan singular, comenzaba una era que la Reina Isabel II convertía en la suya propia.
Singular y cinematográfica, todo hay que decirlo. ¡¿Cómo no iban a llevar su vida al cine, la televisión y las plataformas una y mil veces?! Lo ha visto y vivido casi todo, primero como princesa y luego, como reina.
Desde asistir por sorpresa a la coronación de su propio padre Jorge VI, tras la abdicación de su tío Eduardo VIII por amor, a aguantar los bombardeos alemanes sobre Londres y conducir camiones militares ayudando a la Cruz Roja, durante la Segunda Guerra Mundial.
La reina más joven en subir al trono y, sin embargo, también la de reinado más largo de su historia. Debutó nada menos que con Winston Churchill y celebró con todos en Londres un día D muy distinto a este otro día D que apaga su voz para siempre.
Con la bandera a media asta en Buckingham Palace y una interminable hilera de ‘black taxis’ ingleses en señal de luto, toca recordar que vivió lo mismo la posguerra y la recuperación del viejo Continente que la llegada del hombre a la luna.
Se entrevistó con Juan XXIII como su primer Papa (aunque como Princesa visitó a Pío XII en la Santa Sede), pero también ha conocido a Francisco, viviendo la unión del catolicismo con la Iglesia Anglicana.
No en vano, el 85% de los británicos no ha conocido un mundo sin su reina, puesto que todos ellos nacieron con posterioridad a 1952. Estrechó la mano de 15 Primer Ministros, hasta ésta última ya instalada en el 10 de Downing Street.
Desde Roosevelt hasta Biden, vivió el magnicidio de Kennedy (cuando las revistas la comparaban con Jackie) y la llegada de Obama a la Casablanca… La guerra de las Malvinas y el inicio del ‘yihadismo’ en el propio metro de Londres tras la tragedia de las ‘Torres Gemelas’ el 11-S.
La caída del ‘Muro de Berlín‘ y la reunificación alemana (cuya sangre corre también por las venas de la monarquía británica), el fin de Unión Soviética como URSS, tras el ‘telón de acero‘, la llegada de la ‘perestroika‘ de Gobachov y hasta su fallecimiento en el olvido. El auge de Putin y, lamentablemente, la invasión de Ucrania.
Los escándalos familiares y las portadas de los tabloides británicos, la trágica muerte de Lady Di y la sombra de su eterno heredero, Carlos. Y pese a todo, se sabe que disfrutó de las dos primeras temporadas de la serie ‘The Crown’.
Premiada con todos los palmarés del panorama cinematográfico, aplaudida por crítica y público, y seguida por más de 78 millones de espectadores a través de la plataforma de Netflix…
Libertad de expresión, pura y dura, ante la que calló la Monarquía británica, y la propia Isabel II, de quien nunca supimos opinión personal alguna, como buena Reina. (Ni siquiera sobre Gibraltar). Se diría que, en efecto, Dios la ‘salvó’ siempre (hasta del Brexit), pese todo aquello con lo que tuvo que bregar.