Dolores Delgado o una cacería política
Sin duda, asistimos a una campaña por la que Dolores Delgado, acertadamente, no se siente cercada. Y ya tiene mérito, porque la presión sería insostenible para muchos…
Dolores Delgado. Cacería política y cerco a una ministra (y a un partido), que trata de gobernar en minoría parlamentaria, con todas las dificultades que ello conlleva. Y en medio de una situación crítica a nivel mundial que demanda, más que nunca, la estabilidad. Insólito.
Cerco incesante a una ministra, Dolores Delgado, por el ejercicio de sus funciones como fiscal… ¿De veras? Inaudito. Una plaza a la que llegó por oposición en 1989 y a cuya función pública (entendida ésta como debe contemplarse, como servicio a la sociedad), se ha dedicado desde varios puestos.
Los más recientes, la Fiscalía Especial antidroga y la lucha contra el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional. Acaso sea este el problema… Imperdonable, claro.
Parece que se olvida a toda esta comparsa mediática y teledirigida, quizá hasta lo desconocen, que las tareas de la acción penal en los asuntos públicos (o sea, los de todos nosotros), llevan aparejadas la inspección directa en la formación de los sumarios y en las fases de instrucción o procedimientos preliminares. (Entre otras, claro).
Del mismo modo que su labor de persecución es de oficio y jamás se rige por criterios de oportunidad. ‘Oportunidad’ política, claro, que sí parecen tener muchos de los que se han sumado a este escarnio público.
Pero, de verdad, acaso imagine alguien que un/a fiscal dedicado/a como está a promover la acción de la Justicia (sí, en mayúsculas), en defensa de ‘la legalidad y los derechos de todos los ciudadanos, y el interés público tutelado por la Ley’… No tendrá que vérselas, de oficio, con toda clase de personajes…
Y máxime cuando estás dedicado/a a la lucha antidroga o a la lucha antiterrorista yihadista, durante tantos años. Son las cloacas de este mundo, sobre cuyo pavimento la mayoría sólo pasea, mientras otros resuelven.
Pues claro que habrá toda clase de conversaciones que, como ejemplo del verdadero desgaste que supone tal cargo y tal responsabilidad, se habrá visto obligada a mantener. Y toda clase de personajes infames que, sin embargo, fueron otros los que los elevaron con rango dentro del propio sistema.
Y se molestan porque Dolores Delgado no se achanta por una supuesta conversación con un comisario encarcelado, presuntamente deslabazada del total de una investigación hace nueve años…
Es decir, acontecida cuando Dolores Delgado estaba entregada a la actuación, de oficio, contra aquellos elementos del sistema que ponían en peligro la seguridad de todos. Increíble.
Sin duda, asistimos a una campaña por la que Dolores Delgado, acertadamente, no se siente cercada. Y ya tiene mérito, porque la presión sería insostenible para muchos…
La gracia es que todos los que aún ven vestido al Emperador, seguramente, son los mismos que luego disfrutan de series de investigación en las plataformas televisivas (como la francesa ‘Oficina de infiltrados’), con personajes basados en hechos reales, mando en mano y pantalla ‘Smart-TV’.
Paradójicamente, celebran que Cersei haya llegado hasta la temporada final de ‘Juego de Tronos’. Tanto como mismo disfrutaron de su escarnio por el casco antiguo de Gerona, ¿o era ‘Desembarco del Rey?
(Colegiada Nº 2241, Colegio Oficial de Abogados de Las Palmas)