Derechos de la Infancia: un niño muere cada 5 segundos por desnutrición
Medio millón de niños carece de documentación necesaria en Europa para ir al colegio, al médico o trabajar cuando sean mayores. No existen para la oficialidad
Derechos de la Infancia revela que un niño muere cada 5 segundos por desnutrición. Y no hace falta viajar a África, el continente más castigado. En Europa, medio millón de niños carece de documentación necesaria para ir al colegio, al médico o para trabajar en el futuro, según Acnur.
#DerechosDeLaInfancia, diríamos ahora para hacerlo viral. Y si eso sirviera del todo… Y si acaso eso fuera suficiente, o nos acercara a la solución.
Corría el ’79 y la ONU lo declaraba oficialmente ‘Año Internacional del Niño’. Pero aún pasaría otra década entera más, entre coloristas cuadernillos editados por sindicatos y otras organizaciones, antes de un pronunciamiento global.
Para cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989, entretanto, muchas otras infancias se habían perdido ya.
Y cuando se trata de niños, siempre son demasiadas, sea lejos o sea cerca (a veces más de lo que creemos).
Lo cierto es que, 30 años después, muchos niños siguen dejando su infancia en algún punto muerto del camino. Siempre demasiados. Y siempre demasiado pronto.
Celebramos este aniversario, una vez más, con la injusticia y la paradoja como alforjas de un doloroso viaje sin retorno. Como cada año, la FAO concluye en datos espeluznantes sobre cuántos niños mueren de hambre en todo el mundo.
Mientras en el planeta se desperdicia más de 1.000 millones de toneladas de alimentos cada año (cantidad suficiente para alimentar a otros 2.000 millones de personas)…
Un niño muere cada cinco segundos por causas derivadas de la desnutrición. Y claro está, África es el continente más castigado por las cifras de la mortalidad infantil.
El Tratado dictamina que los niños son sujetos de derecho, pero acaso estén todos sujetos a este derecho por igual… ¿Cuánto no ha llovido desde la primera Declaración de Ginebra de 1924 a cargo de Eglantyne Jebb, fundadora de ‘Save the children’?
Sonroja, y mucho, que EEUU no haya firmado aún la Convención (es el único país), aunque sí haya ratificado los protocolos. Pero sabemos que éstos discurren por separado.
(Y lo que es aún peor. de manera opcional en lo concerniente a la pornografía infantil y su intervención en conflictos armados).
La historia no es nueva… “Los pájaros delante de la escopeta”, que diríamos, nos llevan a preguntarnos dónde queda aquello de: “Los niños tienen derecho a la protección durante los conflictos armados”.
También aquello otro de: “Los niños tienen derecho a la protección contra todas las formas de explotación y abuso sexual”.
Y aún más a pie de calle, en las mismas calzadas europeas… “Los niños tienen derecho a una identidad”. Una identidad y una nacionalidad. Pero lo cierto es que 500.000 niños no tienen la documentación necesaria en Europa.
Esto significa que no SON. Y no ‘son’, no existen para ir al colegio, al médico o trabajar cuando sean mayores (Si logran llegar). Ningún niño o niña puede o debe nacer apátrida en Europa. Es una vergüenza.
‘Cinco deditos tiene mi mano’ o ‘cinco deditos tiene la loba’… Este chiquito tenía hambre… ¡Y este pícaro gordo se lo comió!
Esa y no otra, es la realidad. Mientras, Unicef nos recuerda que “cada día mueren 15 mil niños por enfermedades o situaciones que podrían solucionarse fácilmente”. Y la ONU, por su parte, denuncia que el hambre aumenta por tercer año consecutivo.
Se han recorrido pasos, pero aún queda un largo camino en el que sigue oyéndose los llantos. En una decena de países se admite el empleo desde los 14 o incluso los 12 años con permiso.
Además, en otros tantos se establece una edad mínima de responsabilidad penal excesivamente baja, inferior a los 14 años. Y en 13, continúa permitiéndose el matrimonio con menores, donde las niñas siguen siendo las grandes perdedoras de este cuento cruel antes de irse a la cama cada noche.
Cierto es que los mayores secretos y mentiras de las casas se esconden, a veces, tras la puerta de al lado, detrás de lindas sonrisas y bonitas palabras. Porque en la vida descubrimos que la paradoja y la injusticia caminan, casi siempre, cogidas de la mano.
“Flores azules y kilates… Y si es mentira, que me maten” (Rosalía).