Defensa, la nueva prioridad del mundo
España elevó su participación en seguridad para 2022, en un 8% hasta los 10.100 millones de euros, el 1% del PIB
Defensa pasa a ser la nueva prioridad del mundo por encima de otros capítulos que, ante la catástrofe de Ucrania, se convierten en superfluos, como infraestructuras viarias, ferroviarias o hidroeléctricas e, incluso, gastos en proyectos culturales, deportivos o de función pública.
Salvo Sanidad, por razones derivadas de la pandemia, Defensa se convierte en un eje de acción política de primer orden en una Europa atormentada por la invasión rusa sobre Ucrania y por la alerta nuclear que emitió este domingo Vladimir Putin tras el cierre del espacio aéreo europeo y las sanciones financieras a las transacciones del banco central moscovita.
España elevó su participación en seguridad para 2022, en un 8% hasta los 10.100 millones de euros, el 1% de su PIB. Una cantidad, por otro lado, lejos de los 100.000 millones aprobados por Alemania (el 2% del PIB).
En declaraciones a la televisión Al Jazeera, el eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar (PSOE) conceptuó como “nuevo paradigma” el conflicto bélico en Ucrania, una observación que ilustra el cambio de rumbo en una Europa que apostó, tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, por el pacifismo y el ecologismo.
Las llamadas de Sánchez a sus antecesores del PP, Aznar y Rajoy, ayudan a entender que España trata de dar otro brío a sus políticas básicas con la OTAN sin llamar la atención de sus socios de gobiernos, escorados hacia regulaciones más sociales.
Junto a la Defensa, Europa se asoma este lunes a una de las tribulaciones más decisivas de la última década. La exclusión de Rusia del sistema interbancario mundial (agrupa a 11.000 entidades bajo el nombre de Swift) y el cierre del espacio áreo, son una prueba de fuerza para contener el descalabro de las bolsas.
Europa, sin embargo, tiene una oportunidad. Su debilidad estructural por contenciosos de soberanía deja de ser un asunto de Estado para convertirse en un motor de responsabilidad y participación institucional y evitar, así, que el mundo se polariza de nuevo en dos bloques que van a de Eurasia a Estados Unidos.