Cumbre del Clima pasa de largo por Canarias
La Cumbre del Clima de Glasgow y la reunión del G20 en Roma, van camino de pasar de largo por Canarias.
La dependencia energética de las Islas es casi exclusiva de los derivados fósiles (o sea, del petróleo), una realidad que va contra los principios medioambientales de los Estados, las multinacionales y los grupos ecologistas, dispuestos a reducir la huella de carbono (gases de efecto invernadero) antes de 2030.
En Canarias, los retos del Plan Energético (Pecan) han sido un rotundo fracaso para los gobiernos de CC, PP, NC y PSOE, porque las 4 formaciones han asumido distintas responsabilidades desde 1990.
La fuentes eólicas siguen si garantizar un 15% de la demanda y proyectos, como Gorona del Viento en El Hierro, no pasarían una autidoría de calidad sostenible si se acredita que el proceso de obtención de recursos incluye el uso de derivados fósiles. La gota que colma el vaso la puso el Cabildo de Gran Canaria en octubre de 2021, al anunciar su rechazo a las instalaciones marinas off-shore.
O sea, que el viceconsejero de Industria del Gobierno (muy calladito siempre) haría bien en reflexionar sobre los acuerdos de Glascow y ofrecer una valoración a la ciudadanía sobre lo lejos que va a quedar Canarias de las conclusiones de Escocia.
Así y todo, la crisis que deja la pandemia obliga a serenar los ánimos y ver si tanta celeridad en objetivos ambientales cercena las cuentas de las empresas para paliar un mal endémico (la contaminación) al que pocas veces prestamos atención, porque si Endesa es responsable de un tercio de las emisiones, ¿de dónde viene el resto? Fácil, de industrias, automóviles, barcos y aviones. O sea, de toda la sociedad.