Corea del Norte usa lavado de dinero para driblar a EEUU
A través de una compleja red de países afines, Pyongyang evita los embargos. Guinea Ecuatorial sirvió de base para operaciones entre Kim Yong Un y una compañía testaferra china
Corea del Norte diseñó un sistema financiero en la sombra que le permite continuar haciendo negocios en el escenario mundial, según una información exclusiva publicada por The Wall Street Journal, el rotativo más prestigioso del mundo.
Fiscales de Estados Unidos junto a un equipo de investigadores de Naciones Unidas, rastrean el flujo de dinero que la capital coreana, Pyongyang, ha montado para comprar y vender productos como petróleo, carbón o tabaco, con el fin de sortear las pesadas reglas de aislamiento de la comunidad internacional.
El régimen de Kim Jong Un, tildado com autoritario y contrario a libertades civiles más elementales (prensa o movimiento de personas), ha luchado de forma acelerada por evadir las sanciones de Estados Unidos y la ONU. Eso sí, a base de intensas operaciones de lavado de dinero con apoyo de países afines.
Mantener a flote la economía del país ha sido su prioridad a base de maniobras como el envío de divisas o facturaciones disfrazadas a través de operaciones en transporte de mercancías desde países terceros de Asia.
Según el rotativo americano, buena parte de la solución consistió en mantener las ganancias en manos de asociados extranjeros cuyos vínculos con Corea del Norte están ocultos. Esos asociados luego realizan las transacciones que fluyen a través de los bancos en los Estados Unidos, que luego se materializan en transferencias bancarias con dólares estadounidenses.
De esta manera, Corea del Norte dispone de liquidez en el sistema (en bancos extranjeros) sin sufrir las consecuencias del embargo y puede acceder a los mercados de abasto y pagar su alta inversión en material militar y equipamientos informáticos.
Uno de los pagos que hizo saltar las alarmas se fechó en Hong Kong, donde los pagos de un comprador de cera de parafina a gran escala fueron a parar a una compañía rusa que suministra petróleo a Pyongyang.
Corea del Norte fue objeto de una intensa investigación en 2017 por un conflicto de intereses en el que participó Guinea Ecuatorial, desde donde Pyongyang controlaba una compañía (Chilbo) que utilizaba a trabajadores norcoreanos para fabricar madera contrachapada y enchapados.
Un informe de 2006 ya alertada de que en los medios estatales de Corea del Norte describían un seminario celebrado en las instalaciones de la compañía sobre los escritos del entonces líder (ya fallecido) Kim Jong Il.
Guinea Ecuatorial, dirigida con mano de hierro por el dictador Teodoro Obiang, alegó en un informe a la ONU que cerró las actividades de Chilbo este año para cumplir con las sanciones de la ONU. Antes de eso, Chilbo ya contaba con un cliente excepcional, de nacionalidad china, llamado Yuanye Wood Ltd.
Como resultaba arriesgado transferir dólares a Chilbo, la china Yuanye asumió el pago a un intermediario que no recibió las sanciones americanas. Yuanne se expone ahora a un proceso de decomisación por parte de Washington cifrado en 1,5 millones de euros.