Condena a los cabecillas del Banco Vaticano ahora que son ancianos
Condena a los cabecillas del Banco Vaticano ahora que son ancianos. Los 2 principales actores de una malversación de 50 millones de euros en las cuentas de la Iglesia, suman 178 años de edad. Ninguno entrará en prisión. Los hechos se remontan a 2001, hace 2 décadas.
El Vaticano declaró culpable, a través de uno de sus tribunales, al ex presidente del banco de la Santa Sede, por malversación de fondos y lavado de dinero durante los pontificados de San Juan Pablo y el Papa Benedicto XVI, cerrando un capítulo en la limpieza a largo plazo de sus finanzas.
El tribunal dijo que Angelo Caloia y su abogado, Gabriele Liuzzo, habían manipulado las ventas de los activos inmobiliarios del banco plagado de escándalos para su propio beneficio entre 2001 y 2008.
Caloia, con 81 años de edad, y Liuzzo, de 97, cuyo juicio comenzó en 2018, fueron condenados cada uno a 8 años y 11 meses de prisión. El hijo de Liuzzo, Lamberto Liuzzo, de 55 años, fue sentenciado a cinco años y dos meses de prisión por su participación en el plan. Todos deberán devolver unos 27 millones de euros.
Los fiscales del Vaticano acusaron a Caloia y a su abogado de causar pérdidas de más de 50 millones de euros para el banco, conocido oficialmente como Instituto para las Obras de Religión (IOR).
El actual pontífice, el Papa Francisco, ordenó que todos los activos financieros de la secretaría se transfieran al tesoro de la Santa Sede, que administrará casi todas las inversiones junto con el Banco del Vaticano.
El Banco del Vaticano, fundado duranta la Segunda Guerra Mundial en 1942, ha sido objeto de numerosos escándalos a lo largo de su historia, algunos de los cuales involucraron a la mafia siciliana.
Los clientes de la entidad son sacerdotes, monjas, conferencias episcopales, fundaciones y organizaciones religiosas de todo el mundo.
El juicio por malversación de fondos públicos y blanqueo de capitales comenzó hace dos años y medio, en mayo de 2018.
Se trata de la primera vez que el Vaticano solicita la cárcel por un delito financiero.
La justicia vaticana investiga actualmente otro escándalo inmobiliario que también podría desembocar en un juicio.
Se trata del opaco sistema de compra de un lujoso edificio en Londres por parte de la Secretaría de Estado, el gobierno central del Vaticano, que garantizó jugosas comisiones a un grupo de empresarios italianos.
Desde entonces, la Santa Sede decidió transferir los activos financieros e inmobiliarios de la Secretaría de Estado a una única administración.
El Tribunal del Vaticano anunció esta semana que también juzgará a la italiana Cecilia Marogna, asesora de la Secretaría de Estado, a la que le consignaron medio millón de euros en una cuenta en Eslovenia, para sus servicios como mediadora para la liberación de sacerdotes y monjas secuestrados en África o Asia.
El entonces número dos de la Secretaría de Estado, el cardenal Angelo Becciu, quien fue retirado repentinamente del cargo el 24 de septiembre por el papa Francisco, está involucrado en el caso con la sospecha de malversación de fondos relacionados con las inversiones de la Santa Sede.