Concha de Oro para la reivindicativa ‘Los Reyes del Mundo’
La colombiana Laura Mora, bajo cuya dirección se rodó este milagro, ha confesado que estuvo a punto de abandonar. El filme recuerda otros momentos en los que los festivales de cine hasta se suspendían, y daban voz a los sin voz
Concha de Oro para ‘Los Reyes del Mundo’ en un San Sebastián más reivindicativo, que rescata el papel de los festivales para ese otro cine que quita el velo a la mirada y apuesta por un mundo más justo.
San Sebastián abrió su ‘Zinemaldia’ con la proyección de ‘Modelo 77’, rescatando del olvido un episodio imborrable de la historia de la Transición española, y clausuró con un premio comprometido socialmente.
La concha de Oro más que merecida, según opinión tanto de jurado y crítica como del público, premia la osadía y el acierto de soñar, ese “creer que se puede”, que diría la canción. Esa expresión absoluta de libertad, que diría el poeta.
La colombiana Laura Mora, bajo cuya dirección se rodó este milagro, ha confesado que estuvo a punto de abandonar. Y eso engrandece más aún este ejercicio de cine que, sin ser una obra maestra, te lleva a volver a creer.
Recuerda otros momentos en los que los festivales de cine hasta se suspendían, si había que sumarse a las protestas de la calle, y daban voz a los sin voz. ‘Los Reyes del Mundo’ tiene esa belleza del retrato que es capaz la imagen, la de la tristeza infinita, la del alma.
Pero también la de la lucha y la ilusión, que invita a la reflexión y no sólo a la distracción que ofrecen, las más de las veces, las plataformas en su enganche infinito (sin desmerecerlas, en absoluto).
Es un cine que no busca ganar espectadores sino convencerlos a través de su mirada. Cuando lo que tienes que contar es la vida, ésta se hace cine, sin mas.
Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano… Cinco muchachos colombianos que sobreviven en y a las calles de Bogotá, emprenden un viaje que les cambiará su mirada de la vida.
Sus anhelos, sus sueños, sus miedos… Todo ello quedará al descubierto en este atípico ‘road-trip’ por la selva colombiana, cuando abandonan la periferia marginal de la ciudad, tras la búsqueda de unas tierras que dejó en herencia la abuela de Rá al muchacho. De este modo, y con una voz en off que vaticina “Un día todos los hombres se quedaron dormidos y los cercos de la tierra ardieron”… Parece que, de pronto, retrocediéramos al sexto Día de la Creación, y creyéramos.
Y lo hiciéramos de la mano de esta ‘muchachada’ que nada tiene que perder y todo que ganar, la propia vida. Sencillamente, a la espera de que también por aquí llegue pronto su estreno, en salas o plataformas. Da igual. Al final, la vida como el talento, se abre paso. Igual que la verdad.