Cien especies marinas bajo la amenaza del vertido de fuel
Más de un centenar de especies hacen su vida y forman parte del ecosistema marino próximo a la zona donde se hundió el buque ruso ‘Oleg Nayvenov’, según el libro “Guía visual de especies marinas de Canarias”, auspiciado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y editado por Oceanográfica.com en 2006, al que ha tenido acceso Meridian.
El afamado escritor Vázquez Figueroa prologaba entonces este maravilloso volumen afirmando que “hay quien asegura que las Canarias fueron concebidas como el muestrario que el Supremo Hacedor quiso enseñar a los ángeles sobre cómo sería el mundo que pensaba crear(…)”. Y parece cierto con sólo mirar hacia sus costas. Nuestras costas.
Los nombres más comunes están en boca de casi todos, como muestra de ese ‘saber popular’, pero son muchísimos más los que, bien habitan permanentemente en estas latitudes, o bien, pueblan estacionalmente la zona, ya sea en períodos de apareamiento o para anidar, por la calidez de las aguas, lo cual hace aún más sensible su pervivencia en el ciclo de la vida. No olvidemos que incluso al hablar de aquellas especies que son migratorias, una sola fisura en su cadena de supervivencia, esto es, la quiebra de un solo eslabón, podría desencadenar su desaparición en otro lugar del planeta.
Sólo en lo que respecta a mamíferos marinos, animales de mayor tamaño, al sur de Gran Canaria están presentes el rorcual tropical y el común, el cachalote, el calderón gris y el tropical, el zifio común, el delfín de diente rugoso, el mular y el listado, así como el delfín común de hocico corto y el moteado. Además de, en ocasiones, la orca.
En cuanto a las aves, destacan las más conocidas como la pardela cenicienta, la garceta común, la gaviota patiamarilla o los chortilejos o patitos de África, pero también el zarapito trinador o zarapico, el charrán patinegro o golondrina de mar, el vuelvepiedras y el correlimos tridáctilo.
Primeras especies afectadas
Transita además por nuestras aguas del sureste la tortuga boba que, precisamente, ha sido de las primeras especies localizadas ya cubiertas del pegajoso y oscuro ‘chapapote’, intentando salir a flote, cuya triste estampa circula en vídeo por toda la red.
Contamos con una docena de los llamados peces cartilaginosos, como la manta, el ratón o ‘pejeáguila’, el obispo o ‘pejeobispo’, el chucho de clavos o de cola larga, el negro y el chucho común; la mantelina o mariposa, la raya, el angelote o peje ángel, el torpedo o tembladera, la cornuda o tiburón amarillo, el marrajo o ‘janequín’, el tiburón azul o tintorera y, por supuesto, el cazón, tan popular en la gastronomía canaria.
Pero sin duda, los más abundantes y variados entre toda la fauna marina presente en dicha zona de la costa canaria, son los peces óseos, que superan por sí solos el centenar. Así, desde el pez espada, el marlín azul o picudo, el atún rojo, la albacora o el atún de aleta amarilla (rabil), al barrilote o negrito, el bonito, la bicuda, el peto, la aguja, el volador y el longorón.
Y cómo dejar atrás el guelde, la caballa, el chicharro, la palometa, el pejerrey o el jurel y el bocinegro, que compiten en la mesa con la sama, el sargo, el roncador, la cabrilla, la salema o la breca y el salmonete. El mero, la vieja, el abade o el pejeperro, sencillamente, hacen la lista interminable.
Todo ello, sin entrar en los tunicados o formas vivas membranosas como las ascidias, los equinodermos como los erizos o estrellas, los crustáceos como la quisquilla, los moluscos como el burgado, los gusanos y una infinidad de briosos o ‘animales musgo’, onidarios (vertebrados que se fijan al suelo), algas, líquenes, plantas y microorganismos varios. Todo un rico ecosistema que, como prologaba Vázquez Figueroa, “aún queda mucho trabajo por hacer, aún se necesita tiempo para que todo sea como aquella inolvidable mañana en la que los meros y los abadejos subieron a saludarme”.
Greenpeace reclama a Fomento explicaciones sobre el siniestro y los riesgos que afectan a la Reserva Natural Especial
Desde el hundimiento del barco ruso, Greenpeace exigió al Ministerio de Fomento que explique la gestión que ha llevado a cabo la Capitanía Marítima sobre el pesquero ruso ‘Oleg Nayvenov’, hundido a 15 millas de Maspalomas con unas 1.500 toneladas de fuel en su interior, después de ser remolcado desde el puerto de Las Palmas de Gran Canaria tras gestiones infructuosas para apagar las llamas del buque.
La organización ecologista denunció el “errático e innecesario periplo” que siguió el barco por “áreas de altísimo nivel ecológico”, primero al este del archipiélago canario (a unas 20 millas al sur de Jandía, en Fuerteventura) para virar después al suroeste hasta hundirse a unos 2.400 metros de profundidad frente a Maspalomas, zona turística declarada Reserva Natural Especial por su valioso sistema de dunas vivas, el más rico de las islas.
Greenpeace señaló que la zona al norte del hundimiento del buque está protegida bajo la legislación ambiental europea a través de la Red Natura 2000 y que en ella son frecuentes los avistamientos de cetáceos y tortugas marinas.
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