China, cómo purgar en directo sin pestañear
Fulminante escenificación de poder de Xi Jimping contra su predecesor, Hu Jintao, ante 2.300 delegados del Partido Comunista
China mostró, una vez más, que acoge tantas cajas de sorpresas como Matrioshka (muñecas rusas) esconde el Kremlin.
En un directo medido hasta el milímetro (los periodistas entraron segundos antes en el gran auditorio del Partido Comunista en Beijing), China dio una lección mundial de cómo purgar a un dirigente en directo sin pestañear.
Ocurrió al lado del presidente, Xi Jiping, durante el transcurso de la reeleccion del presidente chino como mandatario del Partido. Dos funcionarios sacaron al antecesor, Hu Jintao, de 79 años de edad, como una pluma. Lo cogieron por las axilas y en pie fue obligado a abandonar el pleno en medio de la indiferencia de los 2.300 delegados
Hu Jintao visitó el Puerto de Las Palmas en 2004 como presidente chino, y acudió incluso a la Casa de Colón. Su impacto mediático promocionó al Puerto de tal forma que el entonces presidente de la Autoridad Portuaria, José Manuel Arnaiz, organizó la mayor misión comercial de las Islas al gigante asiático.
Pero aquellos felices años de Jintao se tornan ahora en una despedida anticipada por la puerta trasera.
La partida de Hu Jintao ilustra cómo la supremacía del Xi se ve favorecida por un cambio generacional en el poder.
Xi ha preparado el escenario para extender su gobierno, y el sábado el Partido Comunista anunció nuevos nombres para algunos de los principales puestos a medida que algunos de sus rivales se acercan a la jubilación. El congreso proporciona un punto de vista excepcional para observar a los líderes del partido, que tradicionalmente han desempeñado un papel tras bambalinas en las maniobras de poder, mientras Xi, de 69 años, rompe con los precedentes recientes y se posiciona para extender su poder una década más.