Catar, el Mundial de la vergüenza
"No olvidemos que se celebraron unas olimpiadas en 1936 en Berlín para mayor gloria del líder nazi Adolf Hitler mientras cientos de miles de judíos eran exterminados en los campos de concentración"
La comunidad mundial deportiva, y la no deportiva también, se está preguntando qué criterios han esgrimido los altos dirigentes deportivos para haber tomado la decisión de celebrar un espectáculo del calibre de un mundial de Fútbol en el Emirato de Catar. Pero aunque todos sabemos cuál ha sido, el poderoso caballero don dinero, nadie lo denuncia abiertamente. El maldito parné, que lo mueve y justifica todo, desde guerras insensatas hasta el intento de blanquear a países dictatoriales en los cuales no se respetan los más mínimos derechos humanos, religiosos o de género.
Pero esto no ha sido impedimento para que los mandamases de la Fifa y de las distintas Federaciones Nacionales sucumban y se dobleguen vergonzosamente para que Catar se salga con la suya. Piensa mal y acertarás dice el refrán y lo que pensamos todos es que el baile de sobres manchados de corrupción habrá sido importante. Lo de menos es que hayan fallecido más de 6.000 operarios en la construcción de sus estadios por la nula legislación en materia de seguridad laboral, unos operarios venidos de países subdesarrollados y que eran hacinados en contenedores para dormir y por supuesto mal pagados a pesar de que Catar es uno de los países con la renta per cápita más alta del mundo pero es igual, la mano de obra esclava también es una práctica habitual en ese Emirato. Tampoco importa la represión bajo pena de cárcel para los miembros del colectivo Ldtbi que muestren públicamente su condición , ni siquiera la represión machista que impera en el país en contra de las mujeres que son ciudadanas de segunda
categoría.
Todo es justificable por el bien del espectáculo futbolístico. The Show Must Go On, El espectáculo debe continuar, como nos cantaba el grupo Queen y eso es lo que deben haber pensado estos directivos descarados que se decantaron por esta celebración. Hay que decir que ninguna selección nacional se ha negado a participar y lo más terrible es que estas “autoridades” han prohibido y amenazado a los futbolistas que se ponga el brazalete con el arco iris en señal de protesta. Las autoridades Cataríes mintieron al prometer que iban a ser laxos y permisivos con estos temas e incluso autorizarían beber cerveza en los aledaños de los estadios engañando a una conocida marca que encima es uno de sus sponsor.
Pero el mundo es capaz de mirar para otro lado sin sonrojarse y está dispuesto a pasar 18 días disfrutando del mundial sin cuestionarse nada de lo que sucede ni ha sucedido para que este evento fuera posible. En eso somos especialistas. No olvidemos que se celebraron unas olimpiadas en 1936 en Berlín para mayor gloria del líder nazi Adolf Hitler mientras cientos de miles de judíos eran exterminados en los campos de concentración o festejamos en 1978 un mundial en Argentina en plena Dictadura de los Generales, donde se practicaba el “vuelo de la muerte” y se exterminaba a los opositores al régimen. Más recientemente celebramos las últimas olimpiadas en China un país en el que la democracia brilla por su ausencia así como los derechos humanos.
La verdad es que el mundo tiene muchas tragadera y eso de pan y circo todavía funciona. Lo dicho, una vergüenza.
Fernando Ortega es periodista.