Banksy eclipsa la Bienal de Venecia
Banksy eclipsa la Bienal de Venecia al irrumpir (ocultando su identidad) en la plaza de San Marcos con una obra que denuncia la masificación turística de la ciudad de los canales.
Banksy, además, jamás ha sido invitado a uno de los festivales decano del arte en el mundo, el más antiguo, en realidad… La Biennale, que este año celebra su 58ª edición.
La mañana arrancó con un rumor sobre la posibilidad de que Banksy dejara su huella en Venecia. Y así fue. Bueno, no exactamente él, al menos, no en persona. Pero sí su indiscutible arte urbano y su inequívoca manera de actuar.
La Plaza de San Marcos, preparada para una conocida exposición de artistas, sin embargo, llamó la atención por otro motivo… Persistente y anónimo. Una serie de pinturas fragmentadas para una visión apocalíptica, pero real, de la propia ‘Serenissima’, de la que se confirmaron todos los cuchicheos horas después …
Pertenecía a Banksy. Sí, era su sello.
El propio Banksy lo rubricó en sus redes sociales minutos después de que los ‘carabinieri‘ venecianos desalojaran a su doble, “por no tener permiso para exhibir piezas en la famosa plaza“.
Y es que, aunque quien estaba allí era su obra y no él, lo intentó disimular trayendo a su doble, un hombre que aguardaba la pintura más reciente del artista británico oculto bajo unas páginas de periódico.
La obra alude a los riesgos de convivencia de Venecia con el aluvión de turistas y los miles de cruceros que cada año manchan la estampa idílica de Venecia y sus canales. Irreconciliables en los últimos años. Y de difícil solución, desde luego, si no se endurecen las reglas.
Lo cierto es que ya sólo se disfruta de Venecia en el final de la tarde, a partir de las seis o las siete (si es verano), cuando todas las ‘hordas‘ de turistas de un sólo día, abandonan sus callejones, campos y plazas para regresar a sus ‘buses‘, barcos o trenes.
Pero si tienes la suerte de dormir en ella, podrás descubrirla de otra manera tras ponerse el sol.
No tiene precio… Y por ello, lo que más incomprensible resulta es que los enormes cruceros puedan penetrar hasta lo más profundo de ‘La Laguna‘ y de su Gran Canal, en vez de quedarse fuera, en el muelle de la Venecia peninsular… (¿Se imaginan a un avión comercial aterrizando en la Plaza de San Marcos? Pues, más o menos, es lo mismo).
La obra del artista británico, a quien nadie conoce en público (al menos, que se sepa), fue retirada por las autoridades, claro.
Pero el mero hecho de estar inoportuna/oportunamente presente en la mítica ciudad de los canales, tan sólo una semana después de la inauguración de la gran Mostra Internacional de Arte, ya lo convierte en el gran protagonista de una Bienal que, quizá ahora, se plantee incorporarlo a su agenda de futuro.