Ayuso y Casado camino del abismo de Mavericks
Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado, Teodoro García Egea, Pablo Montesinos, Andrea Ley y un largo etcétera son portadores de un fúnebre crespón en sus aspiraciones al congreso nacional del PP en julio de 2022.
El lío sobre la Comunidad de Madrid coloca al principal partido conservador en una involución sin precedentes, y arrastra a los territorios (como Canarias, que estrena presidente) a un marasmo en las elecciones del 23.
Que el hermano de Ayuso se frotara las manos con las contraprestaciones del importador chino de mascarillas en plena pandemia, es tan sorprendente como la operación de espionaje impulsada desde el Ayuntamiento de Martínez Almeida, que podría convertir a Begoña Villacís en alcaldesa gracias al respaldo de PSOE y Podemos, en un intento por sofocar la crisis de credibilidad y terminar de hundir al PP.
La jornada de este viernes, 18 de febrero, ha lastimado tanto que los más veteranos del PP solo ven una salida con la fulminación de los participantes en esta ópera bufa gafada por la sombra de Génova.
Ayuso está en el corredor del martirio. Levy, que es la presidenta de Derechos y Garantías, le impedirá optar a cualquier cargo una vez expedientada. Casado insiste en el tráfico de influencias de su rival; y Martínez Almeida tendrá que explicar cuántos cuadros del Consistorio se disfrazaron de espías.
Pedro Sánchez salió para negar la participación de Moncloa (como no podía ser de otra manera), mientras que ya trascendió que dos ministros de Rajoy, Alberto Ruiz Gallardón y Rafael Catalá (ambos de Justicia), alertaron a Ayuso sobre la que se avecinaba. Casado también se arriesga someterse a un proceso judicial si persiste en que dispone de datos fiscales de la familia de Ayuso como si la Agencia Tributaria fuera un mercadillo de abasto.
La gravedad de los hechos son como las olas de Mavericks, grandes y profundas, capaces de tragarse a quien haga falta hasta el abismo.