Antonio Costa recupera la autoestima socialista
António Costa, con una trayectoria de décadas en la política de Portugal, logra un nuevo hito en su carrera, tras lograr una histórica mayoría absoluta para el Partido Socialista (PS) que ha sorprendido a toda los Estados de la UE, ha animado a su sufrida población tras la pandemia y ha dado ala a los socialistas de países como España.
Aunque este martes, 1 de febrero, dio positivo en Covid, Costa no ha restado ni un ápice a sus millones de electores y simpatizantez lusos, tras arrasar en las elecciones y romper todas los sondeos que le daban un triunfo más exiguo.
Descrito como “ingenioso” e “implacable“, desafió todas las encuestas que proyectaban un empate entre la izquierda y derecha, para darle una victoria significativa a los socialistas.
Con cerca de un 42% de los votos, frente al 30% del conservador Partido Social Demócrata (PSD), el resultado le da 117 escaños al partido de Costa, quien por primera vez gobernará con mayoría absoluta, después de los gobiernos en minoría que lideró tras las elecciones de 2015 y 2019.
Costa, de 60 años de edad, ha ocupado cargos políticos dentro y fuera del país ibérico desde 1982.
Comenzó apenas a sus 14 años como militante del Partido Socialista, pegando carteles en las calles.
Su visión fue heredada de su padres, el escritor comunista Orlando da Costa, quien era originario de la excolonia portuguesa Goa (hoy India) y su madre, Maria Antónia Palla, una periodista y activista feminista.
Además de primer ministro, ha sido concejal, ministro y vicepresidente del Parlamento Europeo.
Durante los gobiernos de Antonio Guterres (1995-2002) dirigió las carteras de Justicia y Asuntos Parlamentarios. Mientras, en el gobierno de José Sócrates fue ministro de Administración Interna.
Renunció después de dos años y se postuló con éxito para la alcaldía de Lisboa, que recuperó para los socialistas en 2007. Fue reelegido para el cargo en 2009 y 2013.
En las elecciones generales de 2015, Costa terminó segundo detrás de una coalición de centro-derecha que había supervisado un duro programa de austeridad impuesto por la Unión Europea.
En un movimiento sorpresivo, convenció a dos partidos de extrema izquierda —comunistas y Bloco de Esquerda— para que apoyaran un gobierno socialista en minoría, la primera vez que se intentaba algo así en Portugal. Fue la llamada geringonça o jerigonza.
Ahora, con su aplastante victoria, devuelve al autoestima a un país que ha saboreado el éxito turístico y la recuperación económica.
Bajo su mandato, Portugal registró en 2019 su primer superávit presupuestario en 45 años de democracia, aunque desde entonces la pandemia de covid-19 ha vuelto a disparar el déficit público.
El pasado año, la histórica alianza de izquierdas en Portugal se rompió cuando los comunistas y el Bloco de Esquerda —además de la derecha— rechazaron el presupuesto de Costa para el 2022, lo que derivó en la convocatoria de elecciones anticipadas (estaban pautadas para el 2023).
Los resultados electorales han sido inapelables. Costa se ha convertido en uno de los políticos más relevante del vecino portugués en más de un siglo.