Alemania y Reino Unido bajo tensión
El Gobierno germano mira con lupa los riesgos que corre su economía (y la estabilidad de su sistema) ante un posible racionamiento de gas natural. Londres, por su parte, se enfrenta a las peores pesadillas desde 1979
El turismo canario haría bien en analizar el posible revés de sus dos grandes socios comerciales, Alemania y Reino Unido.
El Gobierno germano mira con lupa los riesgos que corre su economía (y la estabilidad de su sistema) ante un posible racionamiento de gas natural, que obligaría a cerrar la producción en medio de temores de que Rusia corte las entregas de gas a través de su arteria principal a Europa.
Este lunes, 10 de julio de 2022, el oleoducto Nord Stream, que recorre 1.500 kilómetros desde el noroeste de Rusia bajo el mar Báltico hasta Alemania, entrará en mantenimiento anual durante 10 días. Las reparaciones son rutinarias en tiempos de paz pero los funcionarios europeos alegan que Moscú, que ya ha reducido las entregas de gas en un 40%, podría desactivar la planta de forma definitiva.
La escasez energética en Alemania podría disuadir a los ciudadanos para programar sus viajes de vacaciones, un factor que alteraría el orden de turoperadores, agencias, aerolíneas y hoteleros. El presidente ruso, Vladimir Putin, ya advirtió el viernes a Occidente que no imponga más medidas contra Moscú.
Por ejemplo, la empresa alemana Ritzenhoff AG, que vende en más de 100 países, opera en una de las industrias más intensivas en energía del mundo: la fabricación de vidrio. La mayor parte de la energía consumida en la fabricación proviene de la combustión de gas natural utilizada para calentar hornos para fundir materias primas y formar vidrio. Y no puede sustituir el gas por otra fuente energética.
Volkswagen, en cambio, trabaja con dos centrales eléctricas de carbón en su sede en Wolfsburg, que proporcionan calor y energía para la planta y la ciudad. En 2018, VW dijo que invertiría 400 millones de euros para cambiar a gas, ahorrando 1,5 millones de toneladas métricas al año en emisiones de CO2.
Se esperaba que el cambio se completara a finales de este año 2022. Pero después de la invasión rusa de Ucrania y la subsiguiente crisis de suministro de gas, el presidente ejecutivo de VW, Herbert Diess, dijo que la compañía podría prolongar el uso del carbón, lo que equivale a incumplir la huella verde en la lucha contra el calentamiento global por gases de efecto invernadero.
En Reino Unido, el otro gran emisor de turistas a Canarias, la situación interna también acusa incertidumbres.
El próximo primer ministro de Gran Bretaña se enfrentará a grandes desafíos, tan graves como en 1979, cuando Margaret Thatcher asumió el cargo ante una inflación galopante y una batalla con poderosos sindicatos que se negaban a la reconversión industrial.
Quien suceda a Boris Johnson tendrá por delante la mayor caída de los ingresos reales en el Reino Unido desde la década de 1950, con un IPC del 12% antes de fin de año. Además de eso, la confianza en las instituciones políticas del país ha disminuido significativamente, sobre todo, por qué sigue en el aire los 100.000 millones de euros que adeudará a la UE por abandonar la Eurozona.
El Reino Unido ha constatado la baja inversión empresarial, lo que se traduce en un bajo crecimiento de la productividad general y, por lo tanto, en una lenta expansión económica, anterior al Brexit. Por lo tanto, los riesgos de un alto desempleo están a la vuelta de la esquina y podrían determinar una ralentización de los viajes programados a Canarias.