Yihad, Sahel, Migración… Las amenazas de Canarias fracasan en Europa
Naciones Unidas y la Unión Europea revisan la inversión de 9.000 millones en seguridad policial y militar en los países africanos emisores de sin papeles. En 2020, más de 7.000 personas perecen a manos de los radicales y 1,3 millones huyen hacia las costas atlánticas
Yihad, Sahel y Migración van de la mano en algunos de los países emisores de africanos sin papeles hacia Canarias, como Mali, Burkina Fasso o Níger.
La Unión Europea (UE) fue consciente de ese delicado triángulo cuando Estados Unidos abatió a Bin Laden en Pakistán, en 2011.
La pérdida del líder yihadista, sin embargo, no supuso la supresión del terrorismo sino que mutó para dispersarse ese mismo año por Siria (dando lugar a una guerra civil con el califato del Daesh) y para acrecentar su influencia y poder en los países del Sahel, llegando a tocar los cimientos de la débil democracia mauritana.
Para contener las insurrecciones del yihadismo y del crimen organizado en los países subsaharianos, la Unión Europea (con Francia y España a la cabeza) se volcó en financiar el adiestramiento militar y policial de los gobiernos de la zona.
Pero los resultados son catastróficos. La política exterior de la UE en El Sahel deja un saldo demoledor para las arcas públicas. La inversión de 9.000 millones de euros (el equivalente al presupuesto de un año en Canarias) no ha servido para mitigar la expansión del terrorismo, dando lugar a un éxodo de millones de personas hacia las costas atlánticas.
En total, la UE ha ha desembolsado unos 9.000 millones de euros en proyectos políticos, de seguridad, desarrollo y acción humanitaria en los países del Sahel desde 2014.
Según cálculos del prestigioso periódico Politico.eu, más de 7.000 personas han muerto en Malí, Níger y Burkina Faso en lo que va de 2020. La UE estima que, al menos 1,3 millones de subsaharianos han abandonado sus hogares en dirección a Mauritania.
Los actos horrendos para la condición humana se intensifican. La violencia sexual aumenta contra mujeres y niños y cientos de poblados son arrasados. Más de 13 millones de personas piden asistencia humanitaria y huyen hacia un futuro mejor.
Por vez primera en 6 años, Bruselas trata de hacer autocrítica y reformar las políticas estructurales en El Sahel, un área al sur del Sáhara imposible de pacificar al coincidir la fuerte implantación del yihadismo y leyes islámicas más radicales (Sharía) con el uso que el crimen organizado (narcotráfico, sobre todo) hace de esta vasta zona para campar a sus anchas y fabricar la droga que introduce en Europa.
Secuestros, extorsiones, destrucción, desapariciones…, El Sahel es, posiblemente, el área más violenta del mundo aunque apenas ocupe titulares en los medios de Occidente.
“A pesar de nuestra enorme movilización política y financiera en el Sahel, la situación de seguridad, social y humanitaria sigue deteriorándose“, expresa a Politico.eu Janez Lenarčič, comisionado de la UE para la gestión de crisis, antes de un debate, en esta tercera semana de octubre de 2020 organizado por la UE, Naciones Unidas y los gobiernos de Dinamarca y Alemania.
Las medidas de lucha contra el terrorismo en el Sahel cuestan unos 2.000 millones de euros al año, 4 veces más que los fondos dedicado a programas humanitarios.
La UE desplazará el día 6 de noviembre a Canarias a la comisaria de Interior de la Unión Europea (UE), Ylva Johansson, a quien acompañará el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Bruselas anunció el martes, 20 de octubre de 2020, un aumento de 44 millones de euros para la ayuda humanitaria y los programas destinados a la nutrición y la recuperación que lleva a cabo el Programa Mundial de Alimentos.
El bloque comunitario ha movilizado 84,6 millones de euros en ayuda humanitaria para 2020 y se espera que se gaste la misma cantidad en 2021.
La conferencia del martes sobre el Sahel se produce después de un mes de discusiones entre los gobiernos de la UE, la ONU y grupos de ayuda sobre cómo revisar la respuesta internacional al Sahel. El cambio de política se decidirá tras las conversaciones entre la UE y los países miembros durante las próximas semanas de noviembre.
Mientras, Canarias suma 11.000 migrantes africanos en lo que va de año 2020, y, lo que es más preocupantes, para las autoridades españolas, la tensión en El Sahel se convierte en la principal amenaza sobre Canarias junto a la crisis sanitaria y turística.
Y para muestra uno de los episodios más relevantes en las investigaciones de la policía sobre la expansión del yihadismo tras la detención en Mogán de un salafista que reclutaba mujeres para Al Qaeda del Magreb Islámico. El hecho vuelve a reabrir el debate sobre la devastación social y económica de los países sahelianos que miran a las Islas como destino de una huída suicida motivada por el pánico integrista