Un millón de pasajeros afectados por el abandono del intercambiador
Sindicato Unificado de Guaguas Municipales denuncia el deterioro de los viales de acceso, con grave riesgo para los pasajeros
Un millón de pasajeros de Guaguas y Global están en riesgo permanente por el deterioro del paso vial del intercambiador de Santa Catalina.
El intercambiador da cabida a más del 30% de las líneas de Guaguas Municipales, sobre todo, algunas de las más transitadas como los número 12, 33, 21 o 47.
Guaguas Municipales mueve al año alrededor de 35 millones usuarios, lo que equivale a que un tercio (12 millones) se mueve en las rutas que utilizan en su recorrido los andenes del intercambiador de Santa Catalina.
Según fuentes sindicales, las personas afectadas por las roturas y baches de las vías de acceso superan el millón al año “en una estimación a la baja” pero “seguramente son muchos más”.
Cada vez que los vehículos de Global y Guaguas entran en el intercambiador, los conductores deben aminonar la marcha para disminuir los riesgos de accidente o paliar las posibilidades de averías.
El Sindicato Unificado de Guaguas denuncia, en un comunicado público, la situación que se encuentra el Intercambiador. “Es intransitable para las guaguas y usuarios. Es una penosa imagen, donde las guaguas, conductores y usuarios sufren las consecuencias ya que el parcheo no es la solución. Hacemos un llamamiento a la Autoridad Única de Transporte, Cabildo, Ayuntamiento, Gexco, Guaguas Municipales y a quien corresponda una solución rápida“.
La carretera de entrada y salida lleva más de un año rota por varias zonas, sin que las administraciones competentes asuman el compromiso.
El intercambiador de Santa Catalina forma del complejo turístico del parque y de las áreas de ocio del muelle de cruceros.
El abandono del intercambiador es visible. Se ha convertido en un cementerio de elefantes. El panel electrónico para información de usuarios no funciona desde hace 2 años y la percepción de inseguridad es notoria desde que cae la luz del sol.
La cafetería y el estanco de gosolinas tampoco operan desde 2018. Las opciones para consumir comida o café se limitan a las máquinas de vending. Las escaleras automáticas y el ascensor suelen funcionar al 50% y, en reiteradas ocasiones, la salida a pie está cerrada por goteras o para evitar posibles robos.
El único servicio que funciona es el de limpieza, según el criterio sindical.
El intercambiador fue inagurado hace más de 15 años por el Gobierno regional con un coste superior a los 10 millones de euros.