UE coloca a 2 mujeres al frente de Bruselas y del Banco Central Europeo
Decisión histórica para Ursula von de Leyen y Christine Lagarde. Fin a las complejas negociaciones europeas al no sumar por vez primera populares y socialistas
Unión Europea (UE) elige a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea y a Christine Lagarde como regidora del Banco Central Europeo.
Dos de los organismos más importantes del club comunitario estarán liderados por primera vez en su historia por una mujer.
Ursula von der Leyen es una política conservadora alemana y firme defensora del proyecto europeo. Su nombró sonó en el pasado para suceder a Ángela Merkel al frente de la CDU.
Fue ministra en varios de los Gobiernos de la canciller alemana. Entre 2005 y 2009 se ocupó del Ministerio de la Familia, mientras que entre 2009 y 2013 asumió la cartera de Trabajo y Asuntos Sociales. En 2013, se convirtió en la primera mujer en ser ministra de Defensa en el país germano.
El nombramiento de la alemana al frente de la Comisión tendrá que validarlo el Parlamento Europeo.
Christine Lagarde, directora del FMI y ministra de Finanzas con Nicolás Sarkozy en pleno estallido de la crisis financiera de 2008, sucederá en el cargo a Mario Draghi a partir del próximo 31 de octubre.
Para que Lagarde se convierta de forma oficial en la primera mujer presidenta del BCE, el Consejo Europeo debe dar su visto bueno.
El primer ministro belga en funciones, el liberal Charles Michel, ha sido elegido como sucesor de Donald Tusk en la presidencia del Consejo Europeo.
De este modo, los presidentes y jefes de estado del club comunitario consiguen alcanzar un acuerdo tras tres días de negociaciones. Durante la cumbre del G20, Alemania, Francia, Holanda y España apostaron por Frans Timmermans para suceder a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión, pero la negativa de los países del Este y de parte del Partido Popular Europeo a respaldar su nombramiento ha acabado por decantar la balanza en favor de la conservadora Ursula von der Leyen.
Los líderes de la UE han tenido que afrontar unas negociaciones más complejas que en años anteriores, ya que, por primera vez en la historia, populares y socialistas no sumaban mayoría absoluta. Además, se ha tratado de conseguir en todo momento un reparto de poderes que respete un ‘equilibrio geográfico’ -países norte y sur- y de género.