Concha Velasco, se fue la más ‘Ye-yé’
La playa entera estaba, literalmente, metida en sus ojos. Y mi rendida admiración, también. La miré y le sonreí. Me devolvió la sonrisa con un silencioso agradecimiento que desvelaba ese placer, íntimo y secreto, de no ser interrumpida. No lo hice, claro