Tabú del macromuelle resucita
El macromuelle de Agaete se convirtió en un tabú durante la campaña electoral de 2019.
CC, PSOE, PP y NC cambiaron su perspectiva sobre los proyectos de ampliación de un puerto que se antoja deficitario para los movimientos que soporta y, sobre todo, por los riesgos que entraña la maniobra de atraque cuando coincide la marea baja con un temporal como Filomena.
Al Bentago Express le pasó el jueves 7 de enero de 2021 a las 9 de la noche, una fecha oscura para el historial del transporte marítimo en Canarias.
Por fortuna, pasaje y tripulación resultaron ilesos, no solo por la pericia de los equipos de emergencia y de los pescadores de Agaete, sino porque debido a la pandemia del Covid, el buque viajó bajo mínimos.
Con capacidad para 800 usuarios, el Bentago llevaba solo 59 personas a bordo (y 17 tripulantes), lo que dio ventaja a la maniobra de salvamento.
Habrá que determinar si persiste el riesgo de contaminación marina por vertido de combustible.
Habrá que evaluar perjuicios en el caso de que intervenga la Fiscalía de Medio Ambiente por presuntos delitos ecológicos si se confirmara que la empresa pública Puertos Canarios (autonómica) no cerró la operativa del Puerto ante la virulencia del temporal, o si Fred Olsen mantuvo la ruta hacia Agaete cuando era factible desviar el barco al Puerto de La Luz.
Este sábado, 9 de enero de 2021, el Estado asumió las competencias aprovechando un resquicio en el lugar el siniestro (fuera de la facultad regional) para agilizar la actuación administrativa. De paso, Canarias y Madrid dejaron la coordinación del comité de urgencia en manos de la naviera para facilitar la toma de decisiones en la cobertura y en la asunción de eventualidades.
Ahora bien, el puzzle de la conexión marítima de Agaete no se recompone con un mero diagnóstico de daños, siempre que el barco sea rescatado antes de 48 o 72 horas.
Quizás, es hora reabrir el debate sobre un nuevo muelle para Agaete como ejercicio de responsabilidad política y social.
El Bentago Express encarna un aviso serio. Portaba 20.000 litros de gasoil cuando inició la operativa de atraque en medio de unas condiciones climatológicas extremas, con la bendición de que el pasaje no llegaba ni al 10%.
La próxima vez podría sufrir graves consecuencias. Amarrar en Agaete es difícil. Las rocas de Las Merinas (en las que se encuentra encallado con vías de agua) están a poco más de 100 metros, una distancia de riesgo para los catamaranes.
Las navieras no diseñan los muelles, aunque ejerzan presión (lobby). La decisión corresponde al Parlamento, al Gobierno, a los partidos, al Ayuntamiento y al Cabildo.
Hasta 2018, PSOE, PP, CC y NC proclamaban su apoyo al proyecto del puerto, que fue incluso adjudicado por 65 millones de euros a OHL, una empresa con oficio y solvencia que ya había concluido todo el proyecto. Pero llegaron las elecciones y con la convocatoria surgió el cambio de chaqueta.
Agaete dispone de un puerto pequeño con peligros para la navegación y ya que ha sufrido tantos años de promesas incumplidas para el desarrollo de su economía local (prepárense para la que les viene encima con el trazado final de la carretera de La Aldea), merece una segunda oportunidad acorde a los tiempos de crisis.