Silicon Valley pierde su estrella por el fraude de Theranos
Elizabeth Jones, la millonaria emprendedora que imitaba a Steve Jobs, es declarada culpable de un delito de estafa y fraude que supera los 700 millones. Mintió a los inversores con una máquina biomédica de análisis
Silicon Valley pierde su estrella por el fraude masivo (de casi 700 millones de euros) de la empresa Theranos, una compañía que ofrecía, gracias a un intenso plan de márketing, que ser capaz de diagnosticar el cáncer y otras patologías complejas con solo analizar una gota de sangre. En realidad, todo era humo.
Theranos daba empleo a 800 personas, llegó a valer 8.000 millones de euros, su fundadora fue portada de Forbes y llegó a codearse con los ex presidentes Clinton, Obama y algunos de los ministros de Trump.
Ahora, un jurado declara culpable de cuatro de once cargos a la emprendedora de Silicon Valley Elizabeth Holmes, acusada de un fraude millonario tras sostener durante años que su empresa Theranos había desarrollado un sistema revolucionario de análisis de sangre.
Holmes fue hallada culpable de tres cargos de fraude electrónico y uno de conspiración para cometer fraude electrónico y declarada inocente de otros cuatro.
Cada cargo puede acarrear una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de unos 230.000 euros. Además, se vería obligada a devolver el dinero a quienes hayan sido estafados.
Holmes, de 37 años, saltó a la fama por supuestamente haber inventado un sistema revolucionario para abaratar los costos de los análisis de sangre, lo que la convirtió en una estrella en Silicon Valley y en el mundo empresarial en general, hasta el punto de que se la comparaba con el cofundador de Apple Steve Jobs. De hecho, vestía casi igual que Jobs, con pulobes negros de cuello alto.
Su compañía Theranos, fundada en 2003, atrajo rápidamente el interés de los inversores por el gran potencial de esos supuestos análisis de sangre y convirtió a su fundadora en multimillonaria a los 31 años.
En lugar de los test tradicionales, Holmes aseguraba que había inventado una nueva tecnología que permitía llevar a cabo complejos y costosos análisis de sangre de forma mucho más simple y requiriendo tan solo una o dos gotas extraídas del dedo del paciente.
Un periodista descubrió la verdad después de las sospechas que levantaban sus máquinas negras, que era como se hacía llamar la supuesta tecnología de detección de enfermedades.
Nadia había visto esas máquinas y Holmes argumentaba que podía enseñarlas por confidencialidad comercial.
El costo de los análisis era de una cuarta parte o incluso inferior con respecto a las pruebas tradicionales llevadas a cabo en los dispensarios médicos, lo que llevó a la cadena de farmacias estadounidense Walgreens a asociarse con Theranos para ofrecer los supuestamente revolucionarios test en sus tiendas de California y Arizona.
El diario ‘The Wall Street Journal‘ publicó a finales de 2015 una serie de artículos de investigación en los que ponía en duda la credibilidad de los análisis de Theranos y acusaba a la compañía de, entre otras cosas, diluir las muestras de sangre obtenidas de los pacientes para aumentar su volumen.
Estas acusaciones hicieron que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentara cargos contra Holmes y el expresidente y ex consejero de operaciones de la compañía, el multimillonario pakistaní Ramseh “Sunny” Balwani (ex pareja sentimental de Holmes), a quienes acusó de haber engañado a los inversores, a los doctores y a los pacientes.
La empresa Theranos se disolvió en septiembre de 2018, y Holmes emprendió una nueva vida (con los bolsillos llenos). Tuvo un hijo, rehizo su vida amorosa y se dedicó a defenderse de las críticas y acusaciones argumentando que fue objeto de una estafa.